Damnatio memoriae

Pemán salvó la vida de mucha gente tras el golpe de Franco; se negó a destituir a los académicos exiliados

24 de febrero 2020 - 01:35

José María Pemán fue amigo personal de los dos dictadores del siglo XX español, Primo de Rivera (al que también apoyó la UGT) y Franco, secundó el golpe de estado de este último hasta el punto de formar parte de la Junta Técnica de Burgos, lanzó todo tipo de soflamas reaccionarias en apoyo del bando franquista ("El poema de la Bestia y el Ángel"), fundador de la Unión Patriótica, firmó la orden para la depuración del magisterio español aunque según su biógrafo Gonzalo Álvarez Chillida no lo aplicó él mismo. No hay que olvidar también: salvó la vida de mucha gente tras el golpe de Franco como a Leonardo Rodrigo Lavín (abuelo de Pérez Llorca) o al padre de Eduardo Haro Tecglen (como cuenta él mismo en "El niño republicano"), como director de la Academia de la Lengua se negó a destituir a los académicos exiliados como le pidió Franco, a partir del Concilio Vaticano II giró en sus posiciones al incorporarse al Consejo Privado de Don Juan desde donde pidió la instauración de una monarquía democrática, pidió públicamente que se permitiera el retorno de exiliados como Rafael Alberti, fue el principal impulsor de todas las actividades culturales de la ciudad de Cádiz entre los 40 y los 70 desde el Ateneo, el Casino y la Asociación de la Prensa, creó los Cursos de Verano para Extranjeros de la Universidad de Sevilla en Cádiz, fue un celebérrimo autor teatral, un extraordinario articulista, impulsor del "Séneca" en TVE y un mediocre poeta. Fue tal la presencia de Pemán en la vida gaditana que dio nombre al Teatro de Verano y se recuerda la casa donde nació en la calle Isabel la Católica sin menciones a su actividad política. La pregunta es : ¿toda persona que en algún momento diera su apoyo al franquismo debe ser borrada de la historia? ¿una damnatio memoriae moderna? Estoy de acuerdo que militares y políticos del franquismo sean suprimidos de las calles, que los símbolos de la Dictadura sean quitados, que se les ofrezca homenaje a todos los represaliados (la Asociación de la Prensa de Cádiz es la única de España que tiene en su vestíbulo un recuerdo para sus socios perseguidos), por supuesto que se aplique la Ley de Memoria Histórica. Quitar los bustos de Mercedes Formica y de José María Pemán pretende acabar con dos escritores. Si es porque apoyaron la Dictadura en algún momento de sus vidas habría que eliminar toda referencia a Agustín de Foxá, Camilio José Cela, Torrente Ballester, Laín Entralgo, Dionisio Ridruejo y Ruiz Giménez. La historia no se puede eliminar.

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