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Una celebración sospechosa
La firma invitada
LOS próximos días 28 y 29 de mayo, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP), organiza la X Jornada sobre Desigualdades Sociales y Salud, que se celebrará en la Facultad de Económicas y Empresariales (antiguo Hospital de Mora) de Cádiz. Pero, ¿por qué esta necesidad de insistir en estos aspectos? Para nosotros es obvio: las desigualdades son variaciones sistemáticas de la Salud, no atribuibles a diferencias biológicas ni a riesgos libremente elegidos, y que están relacionados con los procesos de estratificación social por clase, género y etnia. Por eso mismo, la acción política es fundamental para luchar contra este fenómeno. No son producto de cuestiones naturales o sobrenaturales y, como consecuencia, las tenemos que aceptar como algo inevitable. Las desigualdades en Salud suponen la peor de las epidemias que vivimos, con altos costes en vidas y en sufrimiento. Estas muertes son injustas porque son evitables. La injusticia social mata. Estos hechos son reconocidos por la sociedad de los países más desarrollados como consustanciales en los que están en vías de desarrollarse, considerándolo algo natural o inevitable. Existen evidencias científicas que demuestran que una acción política en un sentido de lucha contra esta lacra conseguiría en poco tiempo reducirla de forma dramática y con un coste económico perfectamente asumible. Pero existe una realidad, no tan reconocida de forma habitual, y consiste en que estas diferencias en términos de salud entre distintos sectores de la población afecta también y de forma contundente al entorno social de países que se consideran desarrollados, como sería el nuestro. Cuando conoces los resultados de estudios que demuestran que entre distintas comunidades autónomas españolas, entre distintas ciudades e incluso entre barrios de la misma población existen las mismas o incluso mayores desigualdades que entre países europeos y africanos, y que estas desigualdades afectan a la supervivencia, a la calidad de vida, al padecimiento de enfermedades, etc, lo mínimo que deberías sentir es indignación.
La crisis económica que estamos padeciendo ha tenido graves consecuencias en estos aspectos. Las diferencias en la distribución de la riqueza en el mundo y dentro de cada país han aumentado, lo que genera determinantes sociales que son la causa de mayores desigualdades en salud. La peor consecuencia de esta crisis es el paro que ha generado y que tiene impacto sobre la salud. Cuando en el inicio de la llamada globalización existieron voces fundamentadas que advirtieron de estos riesgos no se equivocaban. Cuando se comenzó a construir una Europa económica y aparecieron los euroexcépticos no estaban desencaminados. Los riesgos de la crisis actual estaban anunciados. Con un sistema neoliberal, con un capitalismo salvaje, con estos criterios materialistas, mandando sólo el mercado, el consumo…es poco probable que se consigan disminuir las desigualdades sociales. Y todo estos asuntos fundamentales dependen de la acción política. Los responsables de esta crisis están perfectamente identificados y las víctimas también. Sin embargo, las últimas decisiones políticas recaen en lo de siempre: presionar a los más débiles y que los culpables salgan indemnes y preparados para una nueva ofensiva.
Uno de los mayores riesgos que va a conllevar la situación de crisis actual es el desmantelamiento del sistema de bienestar social. En el campo que nos ocupa como profesionales sanitarios, el recorte en los servicios sanitarios públicos puede ser muy perjudicial para los niveles de salud de la población. Y todo ello depende y va a ser responsabilidad de las decisiones políticas que se tomen; en época de crisis hay que recortar gastos pero es clave sobre qué o quiénes deben soportar prioritariamente estos recortes. Las desigualdades sociales están aumentando y tenemos que procurar que no sea así porque son evitables. Por todo esto, la ADSP considera fundamental la movilización social y anima a participar en las jornadas anunciadas al comienzo de esta tribuna. Es necesario que cada vez sean más los que estén convencidos que otro modelo económico es posible. Como dijo hace años JN Morris, las desigualdades sociales existen porque no nos enfadamos lo suficiente.
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