Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
Su propio afán
CIRCULAN explicaciones freudianas de las críticas de Aznar a Mariano Rajoy. Vienen a decir que igual que el hijo necesita matar al padre, éste padece un "complejo de Saturno" y se siente impelido a devorar a sus hijos. Demasiada mitología. Prefiero la explicación más humana. Aznar ve en peligro su gran obra política, que fue la conversión del PP en el partido que más espectro político abarcaba: de la derecha-derecha al centro-centro, o centro-izquierda, incluso. Con los titubeos de gestión de Rajoy, Aznar ha podido tener autocontrol, pero, cuando es su legado político el que se desdibuja, se ha puesto de los nervios.
Y se desdibuja; y por donde menos se esperaba. Si la política fuese un ajedrez, un PP cada vez más progresista hubiese hecho aguas por la derecha. Pero VOX no consigue consolidarse. El votante de derechas prefiere amarrar un voto útil y seguro antes que cumplir con sus principios. En España no hay conservadores sino conservaduros.
En cambio, por el centro (¡con lo que Rajoy, Feijóo, Arenas, Arriola y compañía han buscado el centro!) se les ha colado Ciudadanos. Según las encuestas, en Valencia ya supera a los populares en intención de voto. Más allá de la irritación de Aznar, el análisis es jugoso y deshace un error de base. El PP, quizá porque venía huyendo de la derecha, siempre pensó que el centro era un lugar etéreo y maleable. Un centro consistente en la disposición constante a la inconstancia.
El mensaje de Ciudadanos es el contrario. El centro como núcleo innegociable, que consiste en la defensa real de la unidad de España y de la igualdad de todos. Parece un matiz, pero da en el centro de la diana. El PP semi transversal de Aznar está a punto de quebrarse porque se le puede aplicar, mutatis mutandis, el diálogo que nos narra Indro Montanelli en sus Memorias. Fue a verle, muy preocupado un político de la Democracia Cristiana. "Esta es la primera vez -dice- que la DC corre un verdadero riesgo de ruptura. Ya puedes imaginarte qué drama supondría". La contestación de Indro Montanelli fue fulminante: "Supondría un drama si la DC fuera realmente un dique contra el Partido Comunista. Pero si no sirve de eso, ¿para qué sirve?" Si el PP no ha supuesto un dique contra los nacionalismos ni contra una descentralización carísima que entorpece la gestión política y la iniciativa privada…, di de qué sirve. Se lo preguntan miles de votantes.
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