Exias y rexias

ME encontré el otro día con la palabra Vigorexia, que aún no recoge el Diccionario de la Real Academia. Se refiere a una obsesión excesiva por desarrollar los músculos. La terminación "exia" se repite en varias palabras y consulté a mi amigo Antonio, especialista en la materia, que me dio una explicación técnica perfecta y que trato de resumir.

Estas palabras son neologismos que se han formado para el español a partir de palabras que existían en griego. Es el caso de la palabra pirexia (fiebre esencial, no sintomática), que se forma a partir de la palabra griega "exis" que significa estado, lo que sería algo así como un estado febril. O también apirexia, que sería un estado de falta de fiebre. Sin embargo papiroflexia (arte o habilidad de dar a un trozo de papel, doblándolo convenientemente, la forma de determinados seres u objetos) es un híbrido de griego y latín, donde "flexia" procede del latín "flexus", participio del verbo "flectere" que significa torcer o doblar.

Pero igual que ocurre con la palabra vigorexia, hay otras que se están empleando ahora aunque aún no están incluidas en el diccionario, como Ortorexia (obsesión por la comida sana) y Tanorexia (obsesión por conseguir un bronceado en la piel).

El investigador griego Epaminondas, en una reciente conferencia, mantenía una teoría distinta. Explicaba que las palabras que terminan en "rexia" se corresponden con una asociación natural del cerebro humano, y que "rexia" en griego significa profesión. Así contaba que vigorexia es la profesión de mantener el vigor, y de quien se dedica a ello, como un preparador físico; que ortorexia es la profesión de difundir una dieta sana, y de quien se dedica a ello, como un nutricionista; y que apirexia es la profesión de eliminar la fiebre, que ejercería por ejemplo el médico.

Esta teoría de Epaminondas, tan absurda como otras investigaciones que ha realizado, se vino abajo durante la misma conferencia cuando alguien le preguntó y no supo responder, qué sería según él, anorexia.