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OBITUARIO
Isabel, o mejor dicho "Uca", que era como la llamábamos todos los que le conocíamos y queríamos, nos ha dejado a los 92 años de edad en la madrugada del 30 de agosto, cuando se encontraba en una residencia de Madrid.
Su desaparición no es sólo una triste e irreparable pérdida para familiares, amigos, alumnos y lectores sino también para la cultura gaditana, andaluza y española.
Fue una mujer fuerte, muy fuerte, y no sólo de carácter, que de eso tenía mucho pero mucho, al igual que destilaba inteligencia, franqueza, bondad e ironía a borbotones.
Su vida, como la de muchas mujeres de su generación, no fue nada fácil. Nació en San Fernando, "La Isla", como ella siempre decía, el 24 de octubre de 1923, en el seno de una familia numerosa.
Su padre, Tomás Azcárate García de Lomas, marino de guerra, había sido fusilado sin juicio previo al inicio de la Guerra Civil en los fosos de Puerta de Tierra, junto a Francisco Cossi Ochoa, presidente de la Diputación de Cádiz, y otros compañeros de infortunio. Su delito fue permanecer leal al gobierno de la República.
Su madre, María Josefa Ristori Álvarez, tuvo la ingente tarea de sacar adelante a los nueve huérfanos que quedaron: Tomás, José María, Mª del Carmen, Isabel, Juan, Manuel, Gumersindo, Teresa y Luis. El mayor de 18 años y el pequeño de 3.
Fue precisamente Isabel quien junto a su madre, despidió con un beso a su padre en la fatídica tarde del 18 de julio de 1936, cuando salió de la vivienda familiar, sita en la 2ª planta del nº 18 de la calle Valverde para dirigirse al gobierno civil y no regresar jamás.
No fue desde luego una adolescencia fácil pero ello no le arredró lo más mínimo. Desde temprana edad deslumbró por su innata sagacidad e inteligencia. De casta le venía y de hecho su abuelo, Tomás Azcárate Menéndez, fue director del Observatorio de Marina y gracias al alcalde Antonio Moreno ostenta una calle en La Isla; su bisabuelo Patricio Azcárate Corral fue fundador y director de la Biblioteca Filosófica; y su tío Gumensindo, fue uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza, junto a Francisco Giner de los Ríos y Nicolás Salmerón, amén de presidente de la misma, tras el gaditano Segismundo Moret.
Isabel, tras cursar estudios primarios en el colegio isleño de la Compañía de María, pasó al Instituto de Enseñanza Media de Cádiz, el Columela, donde obtuvo el titulo de bachiller con uno de los mejores expedientes académicos de la época. De hecho, el suyo fue públicamente exhibido en la exposición 'Mujeres: Gaditanas y trabajadoras', que realizó el Archivo Histórico Provincial en marzo de 2012.
Tras obtener brillantemente la licenciatura en Filosofía y Letras, en la sección de Pedagogía por la Universidad Complutense de Madrid, se doctoró en la Universidad de Barcelona con la tesis 'El Monasterio de la Enseñanza de Barcelona de 1645-1876'.
Y como eso de ser pioneras tiene su trascendencia y justo reconocimiento hay que decir que Isabel, además de un largo periodo como religiosa en la Compañía de María y misionera en Perú, fue la primera mujer que se matriculó en la Facultad de Historia de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde tras licenciarse sobresalientemente obtuvo su segundo doctorado, siendo el título de su tesis 'La Enseñanza de los Jesuitas en Cádiz'.
Miembro de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de San Fernando, fue una investigadora, comunicadora y escritora infatigable e inexequible al desaliento. Autora de numerosos libros, artículos, ponencias y conferencias, destacan entre los primeros 'Una niña regidora honoraria de la ciudad de Cádiz', presentado por la alcaldesa Teófila Martínez en el salón de plenos del ayuntamiento capitalino así como 'El Seminario Conciliar de San Bartolomé de Cádiz, 1589-1800'.
Isabel, "Uca", no sólo nos ha dejado un gran legado en lo cultural y un gran vacío en lo personal sino también un testimonio excepcional de vida y lucha. Hasta el último de sus días.
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