La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
"Yo sé que van a decirme, qué 'pesao' y qué 'jartible', aquí está otra vez el nota, dándosela de viñero y ser más chirigotero que el Fletilla y que el Carota…"
Cuántas veces, mi querido Manolo, cantamos juntos esta copla tuya y mía por ese barrio de La Viña tuyo y mío, pateándonos todos los recovecos del embrujo de sus calles que, como arroyos serpenteantes e igual que tú, van a parar siempre a la orillita de la Caleta. Esa Caleta tuya y mía que tantas satisfacciones y algún que otro disgusto nos ha dado, amigo Manuel. Cuántas veces hemos sido vituperados por ese empecinamiento tuyo y mío, de cantarle constantemente a esa nuestra diosa del mar y abrazarnos con nuestras coplas a nuestro barrio de La Viña como un pulpo a la Piera Cuadrá. Cuántas veces nos hemos sentido menospreciados por culpa de ese empedernido gaditanismo tuyo y mío. Pues bien, todo eso ya pasó a la historia, Manolo de nuestras coplas. Hoy, como cantaba el gran Serrat, puede ser un gran día. Porque hoy La Viña, más tuya que mía, se viste de gala. Y que, como aquella gitana, se acaba de bordar un traje con olas de plata y encaje de nácar pa tu Carnaval. Y aquí estamos contigo, querido Manuel. Que como cantaba nuestra comparsa Caleta, nace un nuevo día y, en breves momentos, igual que el mar se retira descubriendo certero esas rocas que abastecen el maná divino de los caleteros, se descorrerá esa cortinilla que dejará al descubierto sobre la piera ostionera de esa plaza de tu barrio de La Viña para que lo lea el mundo entero: Plaza Manolo Santander. Tu plaza, mi querido y viejo amigo.
Sé que hoy no podré contener las lágrimas. Aunque en esta ocasión serán lágrimas de alegría, de sentimiento y emoción. Y vendrán a mi mente, mientras el corazón me late al 3x4 gaditano, lo que es un 4x4 p’al resto de los humanos, los recuerdos entrañables de nuestras viejas y auténticas chirigotas viñeras, tuyas y mías… “Hasta que la muerte nos separe”… “Bebé a bordo”… “Bien nos diste coba, Cristoba”… “Los destripadores de la calle Londres”… “Los del puntazo en el coco”… “Una especie en extinción, los chirigoteros”. Y que hoy más que nunca, hará que me sienta el chirigotero más dichoso que ha parido Cádiz para gritar con el alma mirando al cielo, lo que el Libi, nuestro entrañable amigo, ha sentenciado: Gloria a Manolo Santander.
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