Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
Libre directo
HA sorprendido a todo el mundo la ausencia de Pepe Blas en las listas electorales. Creo que el primer sorprendido ha sido él mismo. Pepe Blas pensaba que con su esfuerzo y su dedicación tenía garantizada la continuidad en las listas. Es curioso que el veterano concejal tenga ese grado de ingenuidad con tantos años de dedicación a la cosa pública. En la política la principal cualidad que se valora no es la capacidad de trabajo o el esfuerzo. No se premia la fidelidad a las siglas. Por supuesto no se premia la brillantez, más bien al contrario, suele castigarse porque alguien ve peligrar su propio sillón ante el empuje de quien es mejor. En política se premia la lealtad al que manda. A veces la lealtad perruna. Si alguien tiene la mala costumbre de pensar por sí mismo y considera que sólo con su trabajo puede prosperar o perdurar, está muy equivocado. Al final alguien más fiel a quien manda, alguien que jamás discute las órdenes de los jefes, alguien que hace lo que se le dice en todo momento, pasará por delante. Da igual que no sepa hablar, da igual que no tenga ni una sola iniciativa propia, da igual que no tenga currículo profesional, da igual que apenas lo conozca más allá del portero de su casa. Al final a los parlamentarios lo que se les pide es que aprieten el botón cada vez que lo diga el jefe de la bancada. Por si esto fuera poco en el PP las decisiones las toman dos personas en medio del oscurantismo total .
Pepe Blas es un adversario correoso. Temible diría yo, y lo digo con conocimiento de causa. Pero es trabajador hasta la extenuación, capaz de llevar para adelante la hacienda municipal, el Senado del Reino y el colegio de graduados sociales en los ámbitos que le echen, defendiendo a los suyos contra viento y marea, sea por puñetas o sea por lo que sea. Pero no tiene una lealtad perruna, no es cortesano de nadie ni va a hacer de bulto tras la alcaldesa a cada sarao de la ciudad. No se le conoce indisciplina, pero siempre ha pensado por sí mismo. Es un hombre de derechas. Nada de centrismo ni de reformismo ni de moderación. Él mismo lo confiesa. Pero ha cumplido el trabajo para el que fue elegido por los ciudadanos y ahora su partido le premia con la exclusión de las listas. Espero que no sea tan ingenuo de pensar que le van a hacer senador por el cupo autonómico.
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