José Joaquín / León

El Parque Kotinoussa

El Palillero

03 de septiembre 2016 - 01:00

HAGAN ustedes la prueba. Pregunten en la Avenida de toda la vida de Cádiz: "Por favor, ¿me puede decir donde está el Parque Kotinoussa?". Lo más probable es que lo envíen a una agencia de viajes. Sin embargo, el Parque Kotinoussa está allí, en la zona de Varela. También es conocido como Jardines de Varela-Sur, por contraste con los Jardines de Varela-Norte, que es el Parque Erytheia. No obstante, si preguntan por el parque de los perros, seguro que lo conoce todo el mundo. Son los amos de ese recinto increíble, que debería incluirse en las rutas turísticas, no ya por su interés, sino como un ejemplo universal del maltrato a la arqueología.

El Parque Kotinoussa tomó su nombre de la mayor de las islas Gadeiras. Es sabido que tras la demolición de los antiguos cuarteles aparecieron en la zona importantes restos arqueológicos, de origen fenicio y romano. Tuve la suerte de que me lo explicara la arqueóloga Nuria Herrero, que ha organizado allí numerosos talleres. Y la verdad es que se trata de una rareza de Cádiz, algo muy interesante, que muchos gaditanos no han visto de cerca jamás. Ahora ha sido noticia porque han incluido nuevos enterramientos fenicio-púnicos. Todo muy bonito, pero este es un parque erróneo.

Se inauguró en 2005, en plenas mayorías absolutísimas de Teófila Martínez. Sin embargo, el gobierno municipal cometió un error evidente en un recinto con 10.000 metros cuadrados de zona verde e importantes restos arqueológicos. El error fue permitir que ese parque se convirtiera en un espacio canino, donde los perros retozan a sus anchas y alivian sus necesidades, no siempre bien paliadas por sus propietarios. De manera que no es raro ver unos mojones (con perdón) junto a la cisterna romana o la reproducción de la Dama de Cádiz.

Conste que la culpa no es sólo de los perros y sus amos incultos. Otros paneles y piezas deterioradas muestran la huella del hombre grafitero. Fue un error que no se solventó. Y el Ayuntamiento actual, ya con responsabilidad de Unidos Podemos, lo sigue manteniendo como estaba, que es lo que suelen hacer con casi todo, incluso con lo que no estaba bien. Así que lo amplían, mientras se siguen viendo terribles estampas costumbristas, que son una afrenta a la inteligencia y un estropicio cultural.

Después nos preguntamos por qué Cádiz no tiene nada en el Patrimonio de la Humanidad. ¿Alguien sabe si un inspector de la Unesco ha visitado el Parque Kotinoussa en secreto? Puede que pisara algo malo, y esas cosas no se olvidan tan fácilmente.

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