La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¿Permite, Tía Norica de Waterloo?

Galdós: “Los periódicos llenan columnas con relatos del crimen de Fuencarral”

Con permiso de Sánchez, Armengol y sobre todo del prófugo que desde Waterloo maneja los hilos de la Presidencia del Congreso y del futuro gobierno de España con la pericia de la Tía Norica, creo más interesante completar nuestra tournée por el sensacionalismo desde 1888, crimen de Fuencarral, al descuartizador de Tailandia.

En sus crónicas sobre el proceso de Fuencarral –en el que se mezcló lo morboso con escándalos políticos que involucraron al director la Modelo, José Millán Astray, padre del fundador de la Legión, y otras personalidades judiciales y políticas– escribió Galdós: “Los grandes crímenes menudean. En vano se buscarían en la prensa acontecimientos políticos o literarios. Los periódicos llenan las columnas con relatos del crimen de la calle de Fuencarral, del crimen de Valencia, del crimen de Málaga, los reporters y noticieros, en vez de pasarse la vida en el salón de conferencias [de las Cortes], visitan los juzgados a todas horas, acometen a los curiales atosigándoles a preguntas, y con los datos que adquieren, construyen luego la historia más o menos fantaseada y novelesca del espantoso drama (…) que el público devora por la noche y a la mañana siguiente”.

También denunció Galdós la manipulación política del caso y lo que después se llamará “pena de telediario”: la usurpación por parte de la prensa de “la facultad de sentenciar a quien tiene de la sociedad el encargo de hacerlo”. Crítica a la que sumó el socialista Pablo Iglesias: “Agotado el filón que con tanto arte y esmero han explotado ciertos periódicos, el ingenio mercantil de algunas empresas periodísticas ha inventado otro medio de mantener la curiosidad y seguir llenando las esportillas administrativas. Ese recurso es el de ejercer lo que esos periódicos llaman la acción popular”.

Así ha sido. Así es. Así será. Desde aquel caso de 1888 al de Tailandia, pasando por el sevillano crimen de las estanqueras del 11 de julio de 1952, el primero que dio grandes tiradas a El caso que se había fundado exactamente dos mes antes, el 11 de mayo, y junto al Marca fue la publicación con mayor tirada de España, alcanzando su cenit en 1958 y 1959 con el crimen de Jarabo y teniendo como estrella a la singular Margarita Landi, la rubia “dama del crimen” que fumaba en pipa y revolucionó la crónica de sucesos durante los 27 años que trabajo en este periódico. Nada nuevo bajo el sol (y la sangre).

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