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R AMBO no era un intelectual, sino un sobreviviente. Pedro Sánchez está en esa línea y, aunque ya no se siente las piernas, está dispuesto a vender cara su piel. Va a proponer al Comité Federal del PSOE la posibilidad de llegar al gobierno, él, con 85 diputados y pactando con todo quisqui. El Comité Federal va a tener cuesta arriba decirle que no, porque el votante y el militante socialista vería el "no" como un "sí" vergonzante a Rajoy.
Es difícil que le salgan los números a Sánchez y es peligroso que le salgan. Nos encontraríamos con un gobierno de España muy débil y con sus enemigos (los nacionalistas contrarios a la soberanía nacional y a la Constitución) dentro. Para el PSOE sería un choque de trenes entre sus dos almas, que llevan mucho tiempo mal conviviendo, pero a las que este trance puede suponer la gota que desborda el vaso.
Nunca me hizo especial gracia el chiste de llamarlos los Picapiedra, a Pedro y a Pablo, a Sánchez y a Iglesias; pero hay que reconocer que a estas alturas de la película es ya más que un juego con sus nombres de pila. Ambos tienen la contumacia de aquellos personajes, su perfil ingenuo de dibujos animados, van a dejar sus partidos partidos -hechos cisco- y, si Vilma -digo Susana- no lo impide, se van a tomar unas cervezas a cuenta de un nuevo intento de alcanzar el gobierno. ¡Dabadabadú!
No parece que ninguna de las dificultades que hubo para que saliese bien a la primera hayan dejado de existir a la segunda. Atisbo dos diferencias: el miedo a la comprobación de que el PP crece lentamente en las elecciones sucesivas y el alivio de comprobar que los barones del PSOE son perros ladradores, poco mordedores. La complejidad de la situación política no ha cambiado gran cosa, pero esos dos hechos, entre los bastidores de la intrapolítica, tienen su peso táctico.
Nada más. Si el Gobierno del PP con el apoyo reticente de Ciudadanos iba a ser un Ejecutivo muy débil para lo que se tendría que ejecutar en estos años con curvas que se nos echan encima, no quiero ni pensar lo que sería un gobierno multicolor presidido por Sánchez, orquestado por Iglesias, apoyado en los nacionalistas y con notorios miembros del PSOE rechinando los dientes y afilando los puñales por detrás. Circula la sospecha de que Sánchez en realidad aspira a expresidente. No creo que él haga planes para tan tarde. Con llegar a esta noche, con ir sobreviviendo, tiene de sobra.
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