El Palillero
José Joaquín León
Noviembre, el mes de Falla
En román paladino
EN estos días de presentación de grandes proyectos por parte del PP parecería que entramos en una nueva era: la de la conversión de la provincia toda en una plataforma logística. ¿Y eso qué es? Son áreas con centros de distribución, transportes y logística. Hasta ahora solo se insiste en una cosa obvia que lo expresó como nadie el maestro de historiadores D. Antonio Domínguez Ortiz: "La singularidad de Cádiz reside en su posición geográfica". Eso lo es todo y no es nada. Depende. El inolvidable García-Baquero lo escribió y Collado lo resumió: "Llave del Mediterráneo, brazo europeo tendido a África y trampolín de Europa hacia los mercados y productos americanos". Esto era así en el siglo XVIII porque la Corona estableció un monopolio con sede en Cádiz y como rescata Ozanan de los Archivos Nacionales de Francia: "Cádiz es el almacén de Europa y de las Indias españolas…es el mercado común donde se hacen todos los intercambios…". De acuerdo, pero liberalizado el comercio e independientes las colonias, Cádiz decayó. Y seguía en el mismo sitio.
El resurgimiento económico es necesario, pero no a base de voluntarismo. Donde empiezan a funcionar las plataformas logísticas -como Barcelona, Madrid, Valencia, Zaragoza o Álava- hay enormes extensiones de hectáreas, grandes núcleos de empresas, cercanía de masas de consumidores, zonas de producción fabriles y de servicios y numerosas ofertas de intermodalidad de transportes. Así, Zaragoza tiene un espacio de 1.200 has., Barcelona, la más avanzada, cuenta con un directorio de 8.000 empresas y Madrid tiene una Red de Clusters empresariales y agrupaciones tecnológicas.
Es preciso el concurso de los grandes operadores del sector, fuertes presupuestos para las infraestructuras y una voluntad social y política unánime, porque se trata de proyectos a muy largo plazo y con impacto ambiental. El ninguneo a los Puertos de Cádiz y Algeciras y su Zona de Actividades Logísticas, a la Junta de Andalucía, la nula actividad del sector naval -tras los encargos del venezolano Chávez- y la ausencia de distribución en el hinterland (del 5% de Algeciras al 60% de Barcelona) o la dificultad de penetración del ferrocarril desde Algeciras o Cabezuela, y sin Aletas y corredores ferroviarios, no parece que el proyecto arranque con fuerza. Sin nada de esto: una mera maniobra de distracción.
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