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EL verano empezó con la prohibición del nudismo en la playa de Cortadura y acaba con el cese del locutor de La Caleta por gracioso. Yo no quería escribir sobre la playa. Lo he hecho tantas veces que para qué repetirme no vaya a ser que me hagan académico o conferenciante, pero al final no me queda otro remedio que volver al asunto. La polémica sobre el nudismo fue el comienzo de la temporada Quizás hubiera sido bueno el consejo literario de no tocadla más, que así es la rosa: para qué cambiar lo que funcionaba bien. Nadie se molestaba porque en una zona poco frecuentada alguna gente, guarecida en las dunas, tomase el sol en cueros. No creo que tenga nada que ver con la protección de la familia, como se adujo ¿o es que los niños nacen vestidos? Es una intolerante amparada en la sacrosanta familia . Lleva años haciéndose y no molestaba a nadie hasta que el Ayuntamiento creó un problema donde no lo había.
El colofón lo ha puesto ese original locutor de la megafonía de La Caleta que amenizaba sus mensajes con algún comentario personal. He de confesar que no lo he escuchado pero lo que he leído me parece gracioso “cuidado con las medusas, que vienen con mú malas ideas” , “las seis de la tarde, hora de la merienda”, “prohibido practicar deportes de pelota. Comprarse un parchís” o “Las nueve de la noche, acaban los servicios de playa. Os espero mañana que me he quedado con vuestras caras”. La verdad es que tiene gracia. La empresa concesionaria de la gestión del servicio ha cesado al locutor. Esta empresa, Arasti Barca, con nombre de general cartaginés, parece que no es partidaria del humor en la megafonía playera. Puede que el locutor repitiese las gracietas y se hiciese pesado. Es posible que los dueños de Arasti Barca sean de una población del entorno de cuyo nombre no quiero acordarme y no entiendan el humor de Cádiz. Puede que hayan cambiado de humorista para mejorar la calidad de sus servicios. Puede que la empresa o los usuarios de La Caleta se hayan cansado, que de todo se cansa uno , hasta de comer gambas todos los días o de este magnífico humorista desperdiciado como locutor. Igual llegaron quejas del típico derrotista gaditano al que no le hacía gracia o de siesos maníos a los que no les apetece que les hagan el día más agradable. No se sabe con certeza pero lo cierto es que el chaval ha desaparecido del ambiente caletero. Se desconoce por ahora la identidad del locutor pero sería interesante conocer su versión de los hechos, si escribía guiones o improvisaba, si sale en carnaval como se dice, si se va a dedicar profesionalmente al mundo del humor. Ya se sabe que en Cádiz un tipo que servía hamburguesas se hizo famoso por pregonar a los cuatro vientos lo perezosos que somos en Cádiz embutido en una camiseta del equipo de la ciudad dos tallas menos de la suya. Igual ha sido una oportunidad para saltar al estrellato. Los Morancos, Canal Sur y tantos otros medios que han utilizado el carnaval de cantera tienen una oportunidad. El temerario locutor no podía sospechar que algo que el hombre imaginaba como un aporte a un día de playa se haya convertido en el último culebrón del verano.
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