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Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Vía Augusta
La tozuda realidad dejó las mentiras de José Félix Tezanos y los deseos movilizadores de Pedro Sánchez en meros embustes y frustraciones. Los españoles que votan –que en una convocatoria al Parlamento Europeo en solitario suelen rondar la mitad del censo, y así fue el domingo– mostraron que el PSOE no es capaz de ganar unos comicios desde que Sánchez lo hiciese en las convocatorias a Cortes Generales que hubo en 2019 –marzo y repetición en diciembre–, en un contexto de tres grupos políticos grandes del centro a la derecha.
En unas votaciones con circunscripción única la proporcionalidad es absoluta y por ello importa más la distancia porcentual que en escaños, que no será nunca muy grande con el sistema electoral español –Ley D’Hont–. Cuatro puntos de diferencia es un margen amplio. Una derrota contundente y muy alejada del empate técnico que pretendían hacer creer que había entre PP y PSOE.
El varapalo electoral, maquillado por los dos escaños de diferencia, debilita aún más a un Gobierno que intenta una legislatura inviable, como sostenemos desde la investidura del pasado mes de noviembre. Sólo hay que ver el resultado de Sumar y su crisis.
Sin mayoría parlamentaria efectiva, lo que le obliga a llevar al límite las negociaciones con todos los grupos que le invistieron y que quieren su diezmo, cercado por casos de corrupción en su entorno familiar –su esposa y su hermano– destapados por medios de comunicación y con la infamia de una amnistía ya en vigor que los jueces y fiscales empiezan a cuestionar que deba y pueda aplicarse, Sánchez ha tenido una reacción aún más populista que durante la campaña electoral.
Sea pirotecnia distractiva o no, lo que el presidente del Gobierno ha planteado tras corroborar en otra convocatoria más que sólo en Cataluña y el País Vasco su partido es un acelerón iliberal.
Intervencionismo en el sector de los medios de comunicación para intentar coartar las informaciones críticas y reformas, no muy concretadas por cierto, en el Poder Judicial para poder controlar el nombramiento de un tercio del Tribunal Supremo porque no doblega al PP respecto a la renovación del órgano de Gobierno de los jueces, son síntomas de esa deriva iliberal. El riesgo será mayor cuanto más dure la legislatura, que sigue dependiendo de lo que pase en la Generalitat catalana. Si hay bloqueo y repetición de autonómicas no es descartable que opte por hacer coincidir las generales, porque no tendrán Presupuesto ni mayoría que le asista.
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