Fernando / Santiago

Santo Súbito

Con la venia

28 de octubre 2016 - 01:00

COMO devoto feligrés no tengo más remedio que darle la razón a Su Eminencia Reverendísima, nuestro obispo Don Rafael Zornoza, un hombre tocado por el ala del Espíritu Santo, con una sabiduría fuera de duda. El que diga lo contrario es un ateo o un apóstata que no merece más que una oración por la salvación de su alma. Comprendo perfectamente el punto de partida de nuestro obispo: ¿cómo vamos a fomentar el culto a la muerte y a representar el regreso de los muertos cuando es de todos sabidos que tras la muerte está la vida eterna de nuestras almas? Por eso comprendo que se pretenda la representación de la santidad. Hay quienes han querido hacer una síntesis y han propuesto a Santa Lucía, San Lorenzo o San Sebastián, que es lo más parecido a unos zombis que puede haber en el santoral católico. Incluso Vera Luque o Monforte han propuesto San Jacobo, que es mucho más alimenticio. Yo pensé primero disfrazarme de virgen dado el amplio catálogo que hay para elegir, incluidos adornos tipo palio, baldaquines o montes de flores, pero me di cuenta que con mi barba podría parecer irrespetuoso aunque como dijo Jardiel "¿pero hubo alguna vez once mil vírgenes?". Luego pensé en los gaditanos San Servando y San Germán, pero me parecía una extensión del casticismo de las Tres Cés por lo que lo descarté de inmediato. Quizás la Madre Teresa, tan fácil de llevar a cabo. Incluso San José María Escrivá , el hombre más influyente de la Iglesia durante La Ominosa, pero al final era una sotana tan solo. De la misma forma me imaginé disfrazado de Rouco Varela, a ver si tenía la suerte de poder contar con un ático de un millón de euros, pero quizás no se entendiese como un acto de fe sino como una ofensa a la Iglesia. Por este motivo también descarté a Marcial Maciel y a Los Romanones, no vaya a ser que alguien pesase mal de mí. Pudiera ser apropiado para el caso Santa Rita de Casia, patrona de los imposibles y de los funcionarios, pero era un ejercicio de travestismo que seguramente la Conferencia Episcopal no vería bien. Quizás San Francisco de Sales, obispo de Ginebra, patrón de los periodistas, pero igual alguien me recordaría que yo quité esa fiesta en la Asociación de la Prensa. Casi como Cela en Oficio de Tinieblas 5:" el martirio de Santa Teodora, el suplicio de San Venancio, el destierro de San Macario, la soledad de San Hugo cuyo tránsito tuvo lugar bajo una lluvia de abyectas sonrisas de gratitud " Creo que al final me vestiré de Don Javier e iré por las casas pidiendo truco , trato o abrazo del oso.

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