Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
La AZOTEA de
LA historia de una ciudad cualquiera, Cádiz por ejemplo, se reescribe cada vez que los arqueólogos se sumergen en el subsuelo para rescatar un hallazgo de valor. La arqueología es la expresión más auténtica de la nunca inventada máquina del tiempo, su trabajo, concienzudo y preciso, permite descubrir cómo eran nuestros antepasados, cómo vivían, a qué se dedicaban o cómo morían, una información vital para conocer nuestras raíces más profundas. Es tan fundamental para la historia de una ciudad, como por ejemplo para Cádiz, que en ocasiones no se entiende el mutismo oficial que generalmente rodea a un hallazgo, hasta el punto de prohibir que los arqueólogos hagan declaraciones a los medios, ellos que son los que saben, aunque sea para ofrecer una primera valoración de sus investigaciones. Es un silencio que se antoja excesivo en un asunto de indudable carácter público y de inequívoco interés histórico y cultural.
También te puede interesar
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
Por montera
Mariló Montero
Los tickets
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La pesadilla andaluza
El balcón
Ignacio Martínez
Negar el tributo y lucir el gasto
Lo último