Enrique / Montiel

Susana y Mas

El pinsapar

04 de febrero 2014 - 01:00

No ha venido Artur Mas a Sevilla a contarle a Susana Diaz que la independencia de Cataluña, la secesión de España, la ruptura del Estado, no afectará a los intereses de Andalucía ni a los de los andaluces o de los hijos de los emigrantes andaluces que tan decisivamente han contribuido al progreso económico de aquella región. Para nada. Es más, no ha venido. Ha sido la presidente de la Junta de Andalucía la que se ha llegado al Palau de la Generalitat con el recado sonriente de que está contra separadores y separatistas. Y con el proyecto federal del PSOE de Rubalcaba bajo el brazo, que el PSOE sabrá en lo que consiste porque me temo que muchos no lo sabemos. Entre otras cosas porque no nos lo han dicho así claramente, o sea, dicho en catalán: ¿cuánto cuesta la convidá?

Se abre camino la especie de que esta mujer es lista y juega a la larga. No es una política de "aceitunita comía, huesesito fuera", más bien es de olla a fuego lento. Por eso ha llegado a donde ha llegado, hasta el momento. Que puede que llegue a lo más alto porque nadie haya o le queden muy atrás. Pero esta equidistancia entre "separadores" y "separatistas" tiene el mismo genoma de la culpabilización de la víctima. O sea, se equivoca o miente. Y por ahí pierde puntos. La imagen de un Rajoy separando Cataluña "de España", como dicen algunos incautos, sorprendidos por el lenguaje de éxito de los nacionalistas (España sin Cataluña, o sin Andalucía o sin Extremadura, o sin cualquier otra región o territorio no sería España) no se lo cree nadie, la primera ella misma. Es que sabe que en el interior de su propio partido ¿hermano? están las respuestas a todas las preguntas, pero no, la tentación es casi irresistible: es el PP el que los separa con sus políticas... O sea, si gobernaran los socialistas Mas ni lo intentaría.

Eso sí, cordialidad al máximo. Mas es un encanto que la acompañó hasta la puerta de la calle. ¿Sabe nuestra presidente que Mas sabe lo importante que será Andalucía en este embrollo? Es que hasta ahora era un estirado que ni te menees, un tipo con un proyecto secreto que a saber en dónde tenía las raíces. Digo en qué paraíso fiscal. Pero ahora está en las relaciones públicas para convertir la necesidad en virtud. Y ganar en todas las puestas. Que de eso se trata. Así que ya Susana debería saber que lo que uno tiene de más otro lo tiene de menos. Pero estamos aquí, en este circo...

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