La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el listón de la vergüenza?
El Pinsapar
SI una mariposa bate las delicadas alas en un extremo ignoto del planeta, produce una tormenta devastadora al otro extremo. Es la teoría de las alas de la mariposa. Una teoría físico matemática. Siempre la recuerdo por lo que tiene de poética. Suelo enlazarla con la teoría de los rayos, que si caen del cielo no puede haber otra razón que la de que es Júpiter -o Zeus tronante- quien los manda. El mundo antiguo está lleno de escatologías, hasta las que principian el cosmos, como es el caso de Hesiodo, que escribió del caos como Génesis. Resta, casi ahora, para comprender un poco de la crisis, abrir el palpitante hígado de un animal y escrutarlo. Porque estamos donde siempre hemos venido estando: en la ignorancia. Digo que en todas partes nos hablan de una hidra de siete cabezas llamada Crisis y miramos al cielo y en todas las direcciones del horizonte de nuestras vidas para no entender nada. Ni siquiera para señalar a alguien con el dedo y gritar "¡Al ladrón, al ladrón!".
Salvo que el mundo sea en verdad un castillo de naipes, con todas sus imponentes estructuras y sus ateridos y temblorosos y torpes ejecutivos huyendo despavoridos en sus coches deportivos con palos de golf en los maleteros, no se entiende bien esto que está pasando. Digo que el 29 ya no va a ser una película en blanco y negro de colas de parados y altos directivos que abrían las ventanas de los rascacielos para tirarse al vacío. Con un poco de mala suerte, nos avanzan, esto se viene al piso (con reza en español de América). Se viene al piso. Hay como un Armagedón económico en las emisoras de radio, en las televisiones, en los periódicos... Y en el Internet. El mundo global se tambalea o está empezando a caer mientras Hugo Chaves invita a que se vayan al carajo los gringos de mierda y amenaza (qué les gusta las amenazas a los dictadores, y a los fanfarrones) con poner el barril de petróleo a 200 dólares. ¿Es una mariposa Hugo Chaves que quiere batir sus alas de palabras tabernarias sobre Monte Ávila para provocar un maremoto en Noruega? Dios da pañuelo al que no tiene nariz, o escribe derecho con renglones torcidos.
Estaba intentando decir que en alguna pequeña sucursal bancaria del estado de Carolina del Sur el director dio una hipoteca subprime a una pareja que quería comprarse un piso. La tormenta financiera ha llegado hasta aquí, hasta este lado de la tranquilidad. Cogiendo a los reguladores, a los directivos, a los ejecutivos y a los gobiernos "puteando" en los green de los campos de golf donde suelen. Nosotros, como se dice en Cádiz, nos hemos quedado bajeando, sin entender nada.
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