Con la venia
Fernando Santiago
Quitapelusas
Efecto Moleskine
AHORA que acaba de celebrarse el día de la poesía, y ahora que atravesamos un finde de reflexión electoral, me he dicho, recordando a Antonio Machado: "Anasofíabonita, conversa con la mujer que siempre va contigo". Y aquí es donde me he encontrado con el primer problema: porque dentro de mí no hay una sola mujer -Ella o la Otra, o la que espera a hablar a Dios un día-, sino cientos de millones de organismos parasitarios -llámense bacterias o virus- más o menos avenidos con los trillones de células digamos propias que andan por ahí. Horror, se dirá más de uno: esto es un gallinero. Pero una tiene estudios universitarios, y no se amilana tan fácilmente. Me dirijo a mi interior/exterior (porque no hay que olvidar nunca la piel y el pelo en las dehesas periféricas del Señor), y digo con la voz mental que imagina mi aparato fonador: "Organismos y organismas de la cooperativa anasofiíl. Que no cunda el pánico: Podemos". Una neurona que anda suelta por ahí en seguida hace una petición de principios: "Eso de que podamos es un axioma. No se puede aceptar así como así". Otra neurona, no sé si pragmática o kantiana, arguye: "Bueno, podamos o no podamos, debemos". Y es entonces cuando aparece el glóbulo blanco de siempre, el del escrúpulo: "No pienso avenirme con un organismo putrefacto que no es que tolere la caca: es que hace caca. Deviene caca. Mi naturaleza profiláctica no puede convivir con tanta mierda. Voto por el alma". En este punto todos los corpúsculos suspenden el griterío. ¿Quién es el alma? ¿dónde está el alma? ¿Es unicelular o es pluricelular, el alma? Una célula nerviosa simpática sale por peteneras: "El alma, c´est moi". "¿Qué?" (dice la célula-espejo española). "Que soy yo, el alma". "Por qué?" (Traduzco: Pour quoi?). En este punto me acuerdo de Tip y Coll cuando explicaban cómo beber un vaso de agua.
Yo cuando hay que votar, voto. Pero termino cansada.
Menos mal que un verdadero indio de la India me acaba de descubrir el masaje Shiro abhyanga, que me permite comulgar con el prana universal. "¿Y usted se lo cree, eso de los canales de la energía vital?" "Pues mire, yo no sabría decirle, pero a toda esta esta gente microcorpuscular que me conforma u habita, eso del sobeteo ayurvédico le relaja".
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