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NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Café para todos que paga España
La esquina
Hay desde hace meses un goteo de bajas digamos cualificadas en la tercera fuerza política de España. Se van de Vox sin abjurar de sus ideas: por el cesarismo incesante de su jefe de filas en el manejo de la organización, por el alejamiento progresivo de las instituciones y la ruptura deliberada con el partido mayoritario de la derecha y por la extravagante deriva de su política internacional.
En esta última parcela, tan relevante en la actual situación del mundo, Santiago Abascal empezó cometiendo un grave error cuando rompió en Europa con la italiana Georgia Meloni (ultra como él pero europeísta, atlantista y defensora de Ucrania) para integrarse en el Parlamento Europeo con personajes tan poco recomendables como el húngaro Orban o la francesa Le Pen, amiguitos de Putin.
Ya embalado, ha ido a rendirle pleitesía en su propia casa al nuevo emperador, Donald Trump, justo en el momento en que éste anunciaba que impondría aranceles del 25% a los agricultores españoles y otros empresarios que ningún patriota de verdad puede aceptar, en el momento en que el presidente USA se entendía con Putin para dictar una paz injusta en la guerra de Ucrania, legitimando al agresor y haciendo negocio a costa del agredido, y poco antes de que Trump desvelase, el viernes pasado, al planeta entero, por si quedaba alguien que no la conociera, su verdadera naturaleza política y humana, en la encerrona a Zelenski en la Casa Blanca. Cruel, violenta, chantajista y humillante.
Abascal había acudido en peregrinación a una cumbre de la ultraderecha mundial con el anhelo de sentirse arropado y beneficiarse de la oleada reaccionaria con epicentro en el fanático de Washington. Se comportó como un bufón, riendo las gracias a los máximos ideólogos ultras y conviviendo con los saludos nazis (el número dos de Le Pen abandonó el aquelarre por decencia) y así lo trataron: ni siquiera se molestaron en aprender a decir su nombre correctamente. Acabo de saber que ahora Trump y su compinche Musk han proclamado su admiración por Abascal y augurado que va a ganar las próximas elecciones en España. ¡Será por augurios!
Si Santiago Abascal sigue por esta senda no tardará mucho en alinearse abiertamente contra Ucrania y comprender las “razones” de Putin para la invasión de hace tres años. Es lo que piensan los miembros destacados de Vox que lo abandonan.
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