El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
¡Boom!
La cornucopia
El ejercicio de la abogacía me ha producido sinsabores, pero también enormes alegrías. No ha sido siempre fácil este deambular por notarías, juzgados y despachos, además del agobio que supone la revisión de expedientes interminables, al igual que participar en agrias reuniones o recibir reprimendas de jueces malhumorados. Y lo peor ha sido vivir desmontando prejuicios acerca de nuestro oficio que el vulgo repite inclemente. Porque los letrados tenemos, mal que nos pese, fama mundial de deshonestos. Ya lo afirma un antiguo dicho popular inglés muy repetido: las leyes han sido dictadas para ser incumplidas. Pero en materia de sambenitos desacreditadores, se llevan la palma los clásicos. En su Utopía, Tomás Moro llega a decir de los habitantes de su ciudad feliz, que "no había abogados entre ellos, porque los consideraban como una clase de gente cuya profesión consiste en disfrazar los asuntos que gestionan". Y Rousseau en su Contrato Social: "Las leyes son siempre útiles para las personas de fortuna y dañinas para los que nada tienen".
En todo ese ajetreo profesional, uno de los deberes que el abogado debe cumplir, y no siempre con resultados satisfactorios, es el trato adecuado con el Ministerio Público o, dicho en buen dialecto judicial, con los fiscales. Como protectores del interés social y de la corrección procesal, a veces se interponen en el ambicioso camino de triunfo que buscamos los ejercientes. Y hablando de fiscales de categoría y seriedad, es importante resaltar la labor que desarrolla en Cádiz en el campo del Medio Ambiente, Ángel Núñez, un defensor público que reúne dos cualidades que no siempre coexisten en esa profesión: capacidad culta de acción judicial y buen trato con sus colegas. Este Diario ha resaltado recientemente el notable incremento que han experimentado las demoliciones ordenadas judicialmente por construcciones ilegales en la provincia, algo que, en comparación con el pasado, supone un verdadero salto cualitativo que necesitamos destacar y apreciar. Ello es evidente que se debe al buen hacer del Fiscal Núñez. Y no cabe duda que así lo ha estimado el Fiscal Superior, al designarlo nuevo Fiscal Coordinador en toda Andalucía de Medio Ambiente, Patrimonio Histórico y Urbanismo.
Dura labor la del Fiscal, si damos por acertada la sentencia de Platón en La República: "En todas partes existe un principio de justicia, que es el interés del más fuerte". Deseémosle suerte en su cometido. Y mucha valentía.
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