La colmena
Magdalena Trillo
¡Ojos abiertos!
Han cerrado el mercado de fichajes sin que el Cádiz CF contrate a ningún futbolista de relumbrón. Por el contrario, han causado baja algunos, cuya ausencia se notará poco. La gente está que trina. Pero, como a Manuel Vizcaíno lo insultan desde que llegó, tampoco le importará demasiado, pues la vida seguirá igual. Precisamente, ese es uno de los motivos por los que el Cádiz no tiene posibilidades de ascender a Primera: porque el estadio Carranza o Nuevo Mirandilla no es un fortín, como se suele decir. Puntúan todos los equipos que no se despistan. Desde el primer partido, con la goleada por 0-4, que consiguió el Real Zaragoza, el ambiente es muy favorable… para los visitantes. El desencanto se nota.
Con esas condiciones, son altas las posibilidades de descender a lo que antes se conocía como Segunda B. popularmente denominada el pozo. Una categoría a la que ya se descendió en los tiempos de Baldasano, tras haber bajado de Primera y vender humo. En vez de llegar a los 50 puntos de la salvación cuanto antes y después ya veremos.
Afortunadamente, dentro de lo malo, no tienen lo peor. El último entrenador que han fichado, Gaizka Garitano, pone sentido común. Algo importante, sobre todo en el Cádiz CF, que tiene tendencia a las fantasías. En la ciudad pasa lo mismo. Lo primero que dijo este entrenador, y lo sigue diciendo, es que hay que correr y trabajar para la salvación. Es decir, adaptarse a la realidad. Y evitar las fantasías de un ascenso que es utópico por la diferencia de puntos.
Adaptarse a la realidad es lo contrario del anterior entrenador. No dudo de la preparación de Paco López, pero pretendía que el Cádiz jugara como si fuera el Barcelona. Sabiéndose que en las últimas temporadas jugaban a lo contrario: al patadón y no dar ni tres pases seguidos. Eso es como si quieres cocinar un arroz con pollo y no tienes arroz ni pollo. En tal caso, hubiera sido mejor jugar de otro modo y no regalar los puntos.
Adaptarse a la realidad. Pasa porque en el estadio animen más al equipo y parezca que juega en casa. La teoría de que en Cádiz el jugador número 12 empuja y asusta al rival es de otros tiempos. También la gente se debe adaptar a la realidad, que es buscar la permanencia y aprender de las muchas torpezas cometidas.
En Cádiz, en líneas generales, es necesario el realismo. A veces parece que esta ciudad es el non plus ultra, y aquí hay que mamar, pero se puede entender también en el sentido contrario. Ni lo uno, ni lo otro. Cádiz es hoy una capital de provincias de la zona media, como su equipo.
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