
Envío
Rafael Sánchez Saus
Una semana decisiva
Alto y claro
Si de verdad quiere dar la batalla en Andalucía, María Jesús Montero debería alejarse cuanto antes del ruido de Madrid. La Vicepresidencia del Gobierno y el Ministerio de Hacienda le dan foco mediático y la colocan todos los días en la primera línea de la actualidad. Pero la liga de una forma estrechísima a las decisiones y a la imagen de Pedro Sánchez, aunque algunas de esas iniciativas, como la vergonzante delegación de competencias en inmigración, no afecten de forma directa a las materias que ella gestiona en el Gobierno. No digamos ya si lo que se pone en marcha es una confusa reestructuración de la deuda autonómica o fijación de un sistema de financiación que privilegie a Cataluña sobre el resto de las autonomías.
Todas las medidas que ha adoptado Pedro Sánchez para pagar el peaje al que está sometido por el independentismo catalán afectan de forma directa a María Jesús Montero, que está en el núcleo duro de un Gobierno que da demasiadas veces la impresión de que ha puesto en subasta parcelas de la soberanía nacional para asegurar una artificial estabilidad parlamentaria.
Montero llegó a Andalucía con esa mochila y con su entusiasmo en la defensa de asuntos que desde aquí es muy difícil ver sin llevarse las manos a la cabeza, como la amnistía y tantos otros. Eso no tiene ya remedio. Pero todo hace indicar que la cascada de concesiones a los independentistas continuará todo lo que dure la legislatura. Cada vez que el Gobierno incline la cabeza ante sus socios separatistas, Juanma Moreno y el PP tendrán un argumento para arremeter contra Montero. Y tal y como están las cosas no será un argumento menor.
Llegarán nuevas exigencias en forma de chantaje. La que ya se ve en el horizonte es la de la financiación especial para Cataluña. Vista desde Andalucía, una región que padece una infrafinanciación crónica sin que la ministra Montero haya hecho nada por evitarlo, es un agravio que se levantará en forma de bandera y contra la que poco podrá hacer la titular de Hacienda por mucho que se busque o le busquen argumentarios.
En Andalucía ya se piensa en las elecciones de dentro de un año. Las encuestas publicadas tras el aterrizaje de Montero señalan que, por ahora, no le ha hecho ni un rasguño a Juanma Moreno. No le queda tanto tiempo. Aunque pierda algunos minutos de telediario y atención en las tertulias capitalinas, cuanto antes deje atrás la M-30 y se ponga la camiseta andaluza más posibilidades tendrá de cumplir sus objetivos.
También te puede interesar
Envío
Rafael Sánchez Saus
Una semana decisiva
Con la venia
Fernando Santiago
Miarma
La Rayuela
Lola Quero
La moda autoritaria
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Alejarse del ruido de Madrid
Lo último