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La Universidad de Cádiz afronta un año complicado, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de sus campus, y en especial al de la capital. Metido desde hace años en el debate sobre el uso del antiguo edificio Valcárcel, en los próximos meses, e incluso si nada se tuerce en las próximas semanas, se aclarará algo el fin de este edificio, seguramente centrado en estudios de farmacia o de la economía azul. A la vez, la Junta debe disipar ya las dudas sobre la venta de la antigua Escuela de Náutica. Y, por supuesto, las divergencias respecto a la financiación que tienen las universidades públicas con la Junta.
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