José Blas / Fernández

Dos años de vicisitudes por los pufos de Zapatero

Tribuna libre

19 de noviembre 2013 - 01:00

EL 20 de noviembre de hace dos años, los españoles decidieron cambiar al inquilino de la Moncloa y contar con Mariano Rajoy para sacarnos de tanta calamidad como hasta ese momento el señor Rodríguez Zapatero nos había dejado, convirtiéndose en el peor presidente de la Democracia y que nos dejaba unos pufos que al transcurrir de los meses, los españoles nos veíamos abocados bien a un rescate o bien a sufrir recortes y reformas que hicieran posible cambiar el rumbo económico de España.

Recuerdo que el señor Zapatero, en una entrevista que propició a la Cadena Al Jazeera, manifestó que "sufriríamos menos si hubiéramos ahorrado más y hubiéramos tomado menos dinero prestado del exterior". Es decir, reconocía casi en "articulo mortis" que ni él mismo sabía la deuda que manteníamos y sufría de pánico al darse cuenta del profundo pozo que dejaba en la economía española. Las cuentas en aquel entonces tenían una deuda de más de 900.000 millones de euros, el 92% del PIB, de las cuales 800.000 millones correspondían a todas las administraciones y obligaban el año 2012 a pagar 38.000 millones de euros de intereses. Es decir, que con esos mimbres los españoles, acostumbrados al consumo y a la estafa de creernos que España tenía brotes verdes y que iba bien, pasábamos por el peor trance que un país podía tener, pues el señor Rodríguez Zapatero se comprometió que para el final del 2011 la Unión Europea contaría que este país asumiría un déficit del 6%, pero cuál fue la sorpresa que cuando el ministro Montoro coge las riendas de la Hacienda Pública el déficit no era el 6%, sino el 8%, porque se habían gastado los socialistas 25.000 millones de euros más de aquéllos que nos habíamos comprometido con nuestros socios de la Unión Europea. Pero para argumentar cuanto digo, recordemos frases del señor Rodríguez Zapatero en septiembre de 2008 en Nueva York, donde dijo que "tenemos uno de los sistemas financieros más sólidos de la Comunidad Internacional". Es decir, nos engañó como vulgarmente se dice y demostró que su ignorancia en economía era tan alta que los informes de los expertos tuvieron que pedir para ese pufo financiero una inyección económica de 62.000 millones de euros, nacionalizando Bankia a riesgo de que arrastrara en su quiebra la credibilidad del sistema financiero de Nova Galicia, Catalunya Caixa y Caja de Valencia.

No fue esto lo único que Zapatero nos dejó, pues en materia sanitaria la deuda creció un 17%, pasando de los 3.000 millones de euros a los 16.000 que dejó a su marcha, pues uno de los mayores problemas del sistema ha sido el gasto farmacéutico, todo por el escaso control que ha existido sobre la dispensa de medicamentos y con la alarma de detectarse a más de 200.000 personas que sin ser pensionistas tenían una tarjeta sanitaria, pues el control de personas que venían a España sólo para recibir asistencia sanitaria era desmesurado y alarmante.

Si hablamos de la electricidad, se nos dejó una deuda de 24.000 millones de euros, por los problemas que arrastraba el sector eléctrico, pues entre centrales nucleares, molinillos en los campos y demagogia sin límites no pudo más que hacer subir las tarifas eléctricas para poder medio enjugar el descomunal problema de este sector. Si hablamos de empresas públicas, fundaciones, consorcios y demás amigos, la deuda nos subió en 56.000 millones de euros de los que 32.000 millones correspondían a empresas estatales, 13.870 a empresas autonómicas y 9.328 a locales, cosa que fue un campo sin vallado y que no hubo manera de afrontarlo.

Ni que decir queda del fiasco del "cheque bebé", donde a cualquiera sin parámetros de ingresos y de capacidad económica se le otorgaba 2.500 euros por hijo y si el parto era múltiple lo subían en 6.000 euros en adelante. Es decir, que muchas vinieron a su alumbramiento en España donde obtuvieron una buena rentabilidad y sin discriminación en sus ingresos se lo llevaron calentito. O para qué hablar de aquellos 400 euros, donde hasta los altos cargos de la banca o sueldos millonarios tuvieron el regalito del señor Zapatero para compensar así gastos menores de algunos. Y si nos parece poco la herencia de ZP, ¿qué podríamos decir de la reforma "Zapatero" de las pensiones?, donde no preveía el uso del Fondo de Reserva hasta el 2020, pero que sin conocimiento de ninguna clase, ya en el 2011 la Seguridad Social dio déficit, obligando a este Gobierno actual a consumir de la hucha de las pensiones 24.000 millones de euros como consecuencia del déficit acumulado y que nunca nos dio a conocer. Es más, ha sido el único Gobierno que ha congelado las pensiones y ahora cuando se atisba que para el 2050 tendremos más de 15 millones de pensionistas y amplió la edad de jubilación a los 67 años, se opone frontalmente el PSOE a una reforma del sistema con una absoluta y descomunal demagogia.

Podíamos hablar mucho más de estos pufos socialistas. Por ejemplo, de la Ley de Dependencia, donde se ha contabilizado 2.724 millones de más de la financiación prevista y 225.000 dependientes más de la estimación realizada. Es decir, una magnífica ley para tener en cuenta, pero con tal despropósito de financiación y cálculo que sólo ello hace quebrar el Estado del bienestar.

Pues sí, qué frase lapidaria nos dijo o qué falta de respeto nos dio a los españoles, pues decir que "sufriríamos menos si hubiésemos ahorrado más y hubiéramos tomado menos dinero prestado del exterior" es no tener dignidad política por parte de un presidente de Gobierno que nos ha dejado en banca rota con un Plan E que sólo tiene rotondas y plazoletas remodeladas, gastando inútilmente nuestro dinero y haciéndonos más pobres y lo que es peor, potenciando el fracaso escolar y el desempleo juvenil que para lograr un pleno empleo los españoles tenemos que esforzarnos sin límites, o lo que es peor, dejándonos una herencia que al parecer y tras dos años ya nadie se acuerda, pero si somos conscientes y miramos hacia atrás, veremos que a pesar de esas deudas que adquirimos España camina con sentido de la responsabilidad, con esfuerzos, por supuesto, con sacrificios, totalmente de acuerdo, con subidas de impuestos, nadie lo comparte, pero si queremos aquella España del progreso y del empleo, tendremos que pasar por estas vicisitudes.

Ahora entiendo a esa ministra de Zapatero que dijo que el dinero no era de nadie, que era de las nubes. Ahí en las nubes estaban los socialistas donde se han convertido en tormentas y donde su credibilidad es tan baja que tenemos que volver a esa memoria, no precisamente la histórica de Zapatero y recordar que de no ser por las medidas del Gobierno de Rajoy, hoy en el 2013 los españoles estaríamos de pedigüeños con una guitarra o un acordeón cantando por los bulevares de Europa o viendo cómo "Roma ardía y algunos desde lejos tocaban el arpa".

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