El balcón
Ignacio Martínez
Política potente, candidata débil
La forma natural de la sociedad es la república democrática, que los ciudadanos elijan a sus gobernantes. Por supuesto hay monarquías democráticas y repúblicas dictatoriales (Venezuela), pero lo natural es que nadie ejerza un cargo recibido por herencia. De la misma manera que lo natural es no creer en ningún ser superior ni en propiedades mágicas atribuidas a figuras de madera, la ciencia es el sistema por el que el ser humano explica el universo. Ser devoto de un paso de Semana Santa es de las cosas más absurdas, ser capillita es una simpleza, sea del sector sevillí o del sector talibán. Me resulta inexplicable que en pleno siglo XXI haya gente que justifique o defienda a Franco, unos por ignorancia y otros por maldad. Dicho lo anterior, con motivo del aniversario de la muerte de Franco que el Gobierno de España se apresta a celebrar con toda la fanfarria al objeto de hacerse propaganda y desviar la atención de graves problemas que tiene España, como la vivienda, el deterioro de la sanidad pública, los privilegios a Cataluña, el enchufe en los cargos, las causas judiciales abiertas por corrupción o desviación de poder. De la misma forma que me parece patético ser franquista, me resultan ridículos los antifranquistas de salón, ninguno de ellos se opuso a Franco cuando había que hacerlo. Conviene recordar que Franco murió en la cama, aunque como dice Nicolás Sartorius (este sí estuvo en la cárcel por demócrata) “la democracia se ganó en la calle”. Todos estos antifranquistas de pacotilla que sacan pecho lo que hacen son lanzadas a moro muerto, con perdón. En Cádiz los antifranquistas eran un sector de la iglesia (la HOAC, la USO) y el Partido Comunista, en el PSOE había tres en Alcalá y dos en Cádiz, como mucho. Por los calabozos de Isabel la Católica pasaron muy pocos, allí había dos garrotes a los que llamaban Belmonte y Joselito, para que el que entrase supiera lo que le esperaba. Algunos integrantes de la pequeña burguesía gaditana se unieron en el Grupo Drago bien entrado los años 70, y en el Chaminade unos cuantos pidieron la amnistía en 1977. Hace ahora 50 años la mayoría estaban metidos en un boquete, aunque ahora muchos presuman de antifranquistas acodados en la barra de un bar o sentados en la mesa de cualquier taberna. En octubre de 1975 yo llegué a la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense, así que tampoco tengo edad para ponerme medalla alguna. Incluso en septiembre de 1975 fusilaron a cinco personas en Hoyo de Manzanares, una de las últimas decisiones del dictador, justo antes de que se hiciera famoso aquello de “el equipo médico habitual” y lo de “heces en forma de melena”. La democracia llegó en junio del 77.
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