Atención a las playas de Cádiz

05 de julio 2024 - 03:04

Las playas de Cádiz son muy importantes para el estado de la ciudad y la turismofobia. Hasta Kichi lo entendió, pero no supo dejar una impronta propia. Y así las playas se fueron habaneando, como tantas cosas de la ciudad. Las playas están casi como las dejó Teófila, pero con ocho años más cumplidos (que son muchos para las playas), ya que el alcalde anterior sólo les había dedicado algunas chapuzas de medio pelaje. Nada que ver con Carlos Díaz y Teófila Martínez, sus antecesores. Bruno García, que afronta su segundo verano como alcalde, parece que empieza a entenderlo. Pues sí, por las playas se pueden ganar o perder elecciones. ¿Lavapiés? Sí, gracias.

Vayamos a la memoria histórica. Carlos Díaz remodeló el Paseo Marítimo y las playas, y acabó con las antiguas casetas. Decisión muy polémica. Pero Carlos Díaz había viajado, y conocía bien las playas turistificadas (una vez lo vi en Mallorca), donde pudo comprobar que no tenían nada que ver con el costumbrismo gaditano. Carlos Díaz reformó el Paseo Marítimo y modernizó las playas. Carlos Díaz se merece la rotulación de un tramo del Paseo, no ese lugar recóndito que le dedicaron.

Después llegó Teófila Martínez. Puso una iluminación de estadio de fútbol, es verdad, con lo que acabó con las densas oscuridades. También pensó que la playa era como el Central Park de Cádiz y que allí cabía todo. Estrenó el cine de verano. Cuidó la limpieza. Patrullaba la Policía Local con sus motos. Mejoró los servicios. Buscó banderas azules y de calidades varias. Rotuló todo. En verano, el gaditano que no iba a la playa era porque no le daba la gana. Sólo los perros no iban a las playas.

En los tiempos de Kichi no se abordó bien la reforma del Paseo Marítimo. La peatonalización del tramo entre el Hotel Playa Victoria y Cortadura está mal resuelta. Se ha convertido en un circuito de patinetes y bicicletas, pero no es peatonal. Por el Paseo Marítimo cada vez se pasea menos.

Y en esas ha llegado Bruno, que entró con mal pie, cargándose las duchas y lavapiés. Y sin hamacas de alquiler. Ha rectificado. A ducharse en casa, pero lavapiés para todos. Ahora hay más agua embalsada que hace un año. Bien, pero no basta. El habaneo de los módulos y la suciedad es evidente. Ha sido un acierto prohibir el vagabundeo de caravanas en Cortadura, que es un turismo cutre (peor que los pisos turísticos), aunque lo deben ampliar a Santibáñez, que es un camping gratuito.

Queda pendiente la reforma del Paseo Marítimo, corrigiendo lo que está mal, que no es poco. Playa es playa, que diría Boskov, no lo olviden.

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