Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
La gente malange está diciendo: hay que ver lo que han formado porque en 2025 no sale la comparsa de Antonio Martínez Ares. ¿Es para tanta pena? Respuesta: Sí. Suena a fin de ciclo, suena al fin de una época; o, por mejor decir, es que no suena a nada. Recuerden que ya se habían retirado Antonio Martín y Joaquín Quiñones. Desde el siglo pasado y principios del presente, lo natural del Carnaval de Cádiz era que salieran las comparsas de Antonio Martín, Antonio Martínez Ares y Joaquín Quiñones. Es verdad que Martín y Martínez Ares dejaron años de ausencias, que eso también tiene su gracia y le aporta categoría al concurso. Cuando volvían, era como el regreso del hijo pródigo y se hacía una fiesta en su honor.
Pero un Carnaval sin que participen Antonio Martín ni Joaquín Quiñones (ambos están retirados), ni ahora Antonio Martínez Ares, es muy triste. Eso sólo recuerdan los más viejos del lugar, que son los que vieron las comparsas de Paco Alba desde antes de que saliera el niño Antoñito Martín con ‘Los mayordomos’. Un Carnaval sin el trío de las maravillas es para darle el certificado de defunción a la comparsa clásica.
Algunos consideran que Antonio Martínez Ares ha exagerado en sus explicaciones. Pero se le entiende perfectamente. Si tiene problemas de salud, más le va a doler la cabeza al componer el repertorio de una comparsa para seguir ganando primeros premios. Hay competencia con las nuevas generaciones. Esto de las nuevas generaciones es un decir, pues algunos de los autores que las escriben son cincuentañeros; pero bueno, es verdad que nunca compitieron contra Paco Alba. Martínez Ares no tenía que justificarse: uno escribe comparsas cuando le da la gana. Y punto.
¿Y es el punto final? Es lo que su hinchada teme. En el Carnaval de Cádiz, cuando alguien se baja del tren del COAC, cuesta trabajo volver a subir. Hay excepciones, como el regreso de El Yuyu, al que suponíamos apartado para siempre. Cuando una figura del Carnaval se va, no es como cuando un amigo se va y le cantan sevillanas, sino que para matar el gusanillo, para paliar la desgracia de no competir, termina comentando el concurso en Canal Sur o en Onda Cádiz. Cuando se aburre de estar aburrido, suele volver. Por eso, los seguidores de Martínez Ares deben rezar a San Servando y San Germán para que se le curen las migrañas y vuelva pronto al concurso. En caso contrario, se va a estropear el invento.
Sean optimistas, aunque ya lo escribió Heráclito, que nunca sacó una comparsa: “Todo fluye, nada permanece”.
También te puede interesar
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo
Envío
Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Con la venia
Fernando Santiago
En las paredes han puesto un nombre
La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
Lo último