Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Su propio afán
En una reseña de Ahora que lo pienso, colección de artículos de Chesterton, José Luis García Martín destaca que muchos siguen muy vigentes a pesar del tiempo transcurrido. Pone un ejemplo: el titulado “De las dictaduras”. Allí Chesterton analiza las causas del descrédito de la democracia liberal en los años veinte: “El parlamentarismo es simplemente el gobierno por políticos de profesión y los políticos de profesión están profundamente corrompidos”. Y a esa crítica universal –añade el escritor inglés– no se responde simplemente haciendo burla de Mussolini. Es interesante lo que él añade: “Ni de Trump”. Y García Martín no es precisamente un escritor de derechas.
Así es: la democracia no se defiende riéndote ni de los que señalan sus puntos flacos ni de lo que la gente vota. Hay que analizar las razones tanto de las críticas como de los votos, y responderlos desde la política con inteligencia y eficacia.
El enésimo atentado de autor musulmán, esta vez en Magdeburgo ha dejado muertos y heridos. El asesino se lanzó con un BMW a toda velocidad contra un gentío de familias que visitaban un mercado navideño. Embisten contra Europa. Lo asombroso es que, por nuestra parte, no sólo no se toman medidas para erradicar esta amenaza, sino que se demoniza, como denunciaban Chesterton y García Martín, a quienes osan pulsar el botón de alarma.
No soy socialdemócrata de ningún partido, y no me explico que no reaccionen con determinación y firmeza. Su inacción, sus discursos vacíos, sus canciones de Imagine, su retórica del ‘caso aislado’ y del ‘no generalicemos’, sus burlas a los votantes y su amnesia para con las víctimas están redirigiendo el voto popular a los únicos partidos que se atreven a alzar la voz contra la inmigración masiva e ilegal. Cada atentado tiene sus circunstancias, pero su suma cae a plomo y los denominadores comunes saltan a la vista.
Tendrían que poner remedio a este caos por una natural preocupación por las personas, por la nación y por el futuro de nuestros hijos, pero, si no, por un cálculo maquiavélico. Para que no sigan subiendo los partidos de derecha estricta. Y no es que yo tenga nada en contra de la derecha estricta. Sencillamente creo que la seguridad pública y el cumplimiento de nuestro ordenamiento deben ser preocupaciones prioritarias y transversales a todos los partidos. Hay otras muchas cosas que los de derechas podemos defender solos, pero ésta no.
También te puede interesar
Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Nuestro maravilloso Elon
La esquina
José Aguilar
Un fiscal bajo sospecha
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ninguna burla