Cádiz Herzegovina

07 de octubre 2024 - 03:04

Según se cuenta el origen de las divisiones en el socialismo gaditano tienen que ver con que había un grupo en Alcalá de los Gazules (Perales, Pizarro, los hermanos Blanco, Daniel, Gabriel) y otro grupo que venía de la federación de enseñanza de la UGT (Ramón Vargas, Rafael Román, Rafael Garófano). Esta división concluyó con las luchas entre el peralismo y el varguismo, que fueron como las guerras púnicas, en varias fases y con muchos cadáveres por el camino. Se murió Alfonso Perales, abandonó Vargas Machuca y quedaron al frente de las huestes Román y Pizarro, de ahí vinieron romanistas y pizarristas. Todo esto mientras en el PSOE había guerristas, borbollistas, renovadores, turborenovadores, luego susanistas y al final del todo el pedrismo que ha impuesto la pax romana en el socialismo español. Se avecinan tiempos convulsos, todos con Pedro Pedro Pedro Pé, con Begoña y con quien haga falta, lo mismo defienden que la amnistía es anticonstitucional que lo contrario, que el concierto catalán es imposible a aplaudir la pacificación de Cataluña a costa de lo que sea. Unanimidad, el patio de los callaos, todos con el Querido Líder, ni una sola discrepancia salvo alguna voz añeja de los tiempos de Felipe y Guerra, que le dan eco en los medios de comunicación más cercanos al PP. A la vez que gira el partido, lo hacen todos los columnistas, tertulianos y periódicos que viven de los anuncios públicos y de la audiencia cautiva prosocialista, lo mismo que a la inversa los hay que viven de atizar a Pedro Sánchez, a María Jesús Montero y a Félix Bolaño. Es lo que llaman la polarización, de la que no hay noticia en las barras de los bares donde la gente habla más de Vinicius o de los mecheros, arrastrados por la prensa deportiva nacional madridista. Como se acercan los congresos provinciales y locales la gente se mueve: afiliaciones masivas en San Roque, como lo hicieron antes en Algeciras, cada vez hay más cuñados, yernos y sobrinos que se apuntan. Los adversarios de Ruiz Boix se unen, ya se sabe que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, a ver si el alcalde de Rota da el paso. Blanca Flores vive en una campaña de autopromoción permanente, un fotógrafo pagado con dinero público pegado al forro de la falda allá donde vaya, a ver si es capaz alguna vez de ganar unas primarias para lo que sea menester, lo de atender los asuntos de orden público que lo haga el Comisario Provincial y el Coronel de la Guardia Civil. Irene García no deja de moverse, que dentro de dos años hay elecciones andaluzas y como pierda el puesto en la lista del PSOE no tiene dónde ir, la pobre. Es el factor humano, gente sin billete de vuelta que lucha con uñas y dientes por el cargo.

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