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Gafas de cerca
Tacho Rufino
¡Lo que saben las redes!
La aldaba
Es cierto que el líder Feijóo tiene que sorber y soplar al mismo tiempo con el personaje Trump. Ha de defender los intereses de los sectores agrícolas, ganaderos y pesqueros en la guerra de los aranceles, no puede compartir el estilo de botarate del presidente norteamericano y censurar el especial castigo que le puede caer a España. Al mismo tiempo no debe confrontar directamente con Trump por motivos varios, pero el primero es evitar una huida de votantes hacia Vox en pleno auge de la derecha dura en toda Europa. El resultado de las elecciones federales alemanas ha corroborado un avance que inquieta a toda la derecha moderada con vocación de gobierno y de constante búsqueda del centro, aunque la envidiable cultura de alianzas germánica permitirá que la democracia cristiana pueda gobernar apoyada en los restos de la socialdemocracia. Es decir, el espíritu puro de la mejor Europa. Pero la necesidad de sorber y soplar al mismo tiempo no es una exclusiva del jefe de la oposición en España, ganador claro de las últimas elecciones generales. Miren a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a cuenta de compaginar su papel de muñidora del estatuto fiscal privilegiado para Cataluña y su condición de secretaria general del PSOE en Andalucía. ¿Cómo pretende culebrear en semejante entuerto? Con la oferta de una impresionante quita de deuda: 18.791 millones. La portavoz del Gobierno andaluz, Carolina España, no ha podido definir mejor la situación. “Nos invitan a comer a una mesa en la que Cataluña pide caviar y champán, las demás comemos un menú, pero la cuenta la tenemos que pagar entre todos”. La pretensión es clara: privilegiar a Cataluña y callar las bocas de las demás autonomías con quitas. Pero, ojo, porque en el privilegio estará incluido que Cataluña recaudará el cien por cien de sus impuestos, por lo que el Estado perderá el control. Y ese cambio no lo votamos todos los españoles como en su día se hizo con los regímenes del País Vasco y Navarra, aceptados democráticamente y recogidos en la Constitución. Aquí el plato se cuece entre el Ministerio de Hacienda y ERC para sostener en la presidencia catalana a Salvador Illa, del que se podría decir lo mismo que de mi Juan (Espadas). Dios, qué buen vasallo... Aquí la clave es si picamos o no el cebo de una quita que nos pone a salivar. ¿Serán poderosos los dineros de María Jesús? ¿Podrá Feijóo mantener prietas las filas o algunos de sus barones abandonará la disciplina del pelotón como Carpantas deseosos de pegarle un bocado al pollo y quitarse deuda? Esto huele al modelo de relación del PP con Vox, que cada uno hizo lo que estimó oportuno. A Moreno aquello le salió bien. El dinero es una tentación. Maldito parné.
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