
Crónica personal
Pilar Cernuda
La coalición que no es coalición
Se van a cumplir cinco años desde que empezó el confinamiento del Covid. Es curioso que el Gobierno intente perpetuar la memoria histórica de un dictador que murió hace 50 años y no nos acordemos apenas de lo sucedido hace sólo cinco años. El estado de alarma duró 100 días (3 meses y 8 días), en los que permanecimos encerrados en nuestros domicilios con pocas excepciones. Las medidas se fueron relajando gradualmente, aunque con algunas decisiones tan discutibles como no poder viajar de una provincia a otra, sin tener en cuenta los kilometrajes de las distancias. Es decir, que se podía ir desde Cádiz a Alcalá del Valle, pero no a El Cuervo o Lebrija.
Hubo un día en que la ciudad amaneció desierta y con patrullas. Como si hubiera empezado otra guerra civil. No era eso, gracias a Dios. Se podía acudir a los supermercados con las debidas precauciones. Después se podía pasear, en determinadas franjas horarias, para que jóvenes y mayores no coincidieran. Con el paso del tiempo, y sin memoria histórica de aquellos años, nadie hace autocrítica. ¿Las medidas eran coherentes en su totalidad, o una parte eran disparatadas? Sólo se sabe que un tal José Luis Ábalos presuntamente hizo negocios raros con mascarillas entre colegas y aprovechateguis.
El ministro de Sanidad se llamaba Salvador Illa. Ahora le va mejor como presidente de la Generalitat de Cataluña. Es el último en enterarse de lo que pactan su jefe, Pedro Sánchez, y Carles Puigdemont. ¿Y ya no se acuerda nadie de aquellas memorables ruedas de prensa del doctor Fernando Simón? Con el tiempo se descubrió que era un gran surfista y que le gustaba remontar las olas en las costas portuguesas.
Pasó el tiempo de las mascarillas y de las costumbres precavidas. La gente no se quitaba la mascarilla para nada, so pena de ser considerado un ser insolidario. La gente ni se daba la mano en las misas, para no traspasar el virus, en vez de la paz. Y en la playa no se podían poner a menos de metro y medio, sin clavar las sombrillas en las narices de los vecinos. Después llegaron las vacunas. Y no todos ni todas se vacunaron.
“De la pandemia vamos a salir cambiados”. Esa era la consigna que nos repetían a todas horas. ¿Y en qué hemos cambiado? En nada. Si acaso en que hay más veladores en los bares. Ya muy pocos se acuerdan de aquellos días del confinamiento. Desde que empezó la pandemia en marzo de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2022 fallecieron por Covid en España 146.619 personas, según los datos del INE, y la edad media fue de 82,14 años. Descansen en paz.
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