La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
Tribuna libre
LA recuerdo muy bien. En su silla de ruedas, unos setenta años, esperando las maletas. Acabábamos de llegar al aeropuerto de Roma y llevábamos un buen rato esperando el equipaje. La señora, con elegancia, tristeza, y rabia, no cesaba de decir: "¡No me conformo! ¡Como italiana no me conformo con que las cosas funcionen tan mal! ¡No acepto una Italia así!". Con coraje y dignidad proclamaba el amor que tenía a su País. "¡No me conformo!".
¡Yo tampoco me conformo! ¡No me conformo -y no acepto- que nuestros dirigentes hayan sido incapaces de lograr un Pacto de Estado por la Educación! Y encima -¡serán adolescentes, y que me perdonen los adolescentes!- echando, como de costumbre, la culpa "al otro". ¡Menudo ejemplo! El tema es demasiado serio, y nos jugamos demasiado, como para que se permitan tirar la toalla, o decir que han llegado al límite de su paciencia. España necesita ese Pacto y ellos están donde están para conseguirlo; no para decir que no pueden hacerlo. Si no son capaces: o piden ayuda, o se retiran y dejan que otros lo intenten. Y, por favor, que no nos sigan contando la historia de un ministro bueno que no logra sacar el Pacto porque enfrente tiene a los malos que lo único que les interesa es llegar a ser ministros. ¿Hasta cuándo nos van a seguir contando la historia en blanco y negro? ¿No nos merecemos, el Sr. Gabilondo el primero, un análisis más correcto de la realidad, señalando en qué temas y por qué razones no se ha logrado el acuerdo, y qué se va a hacer para intentar conseguirlo?
En Viterbo, de nuevo en mi amada Italia, se cuenta que tras casi un año de Cónclave sin que los cardenales fueran capaces de elegir un nuevo Papa, los ciudadanos, hartos, los encerraron en una sala haciéndolos ayunar a pan y agua hasta que hubiera acuerdo. La dieta resultó eficaz; el nuevo Romano Pontífice no tardó en llegar.
Señores políticos, nosotros no nos conformamos, o sea que, espabílense: o lo siguen intentando hasta lograrlo; o ya saben: ¡a pan y agua!
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