Carlos Navarro Antolín

Lo dejamos ya para después de la Navidad

La aldaba

14 de diciembre 2024 - 03:05

El Gobierno convoca a las comunidades autónomas en enero para negociar la quita de la deuda y preparar el terreno para los privilegios de Cataluña. ¡Olé ahí ese tío que va ahí! España es un país donde se deja todo para después de las fiestas: lo mismo el almuerzo con los amigos de la romería, la montería, la peña futbolística, el casino o el club de la petanca que asuntos de honda trascedencia como la financiación autonómica. A partir del 13 de diciembre ya no hay nada serio que tratar. Todo se pospone a después de que Baltasar se meta en casa hasta el año siguiente. España es un país de tardeo en la segunda quincena de diciembre, de sobrecoste cateto de luces, de sobremesas interminables, de barzones por las calles de un comercio a otro pero sin llevar bolsas que revelen compras. Ya para después de la fiestas nos llamamos, nos vemos, cerramos el trato, nos damos de alta en el gimnasio, tomamos ese café con Mengano o vamos a ver el piso de la playa.

Es el vuelva usted mañana de Larra, pero en una versión a mucho más largo plazo, sin fecha determinada y que en el fondo denota un desinterés absoluto, pero la fórmula no provoca heridos en primera instancia. Es un voleón de la pelota a ningún sitio, un déjame ahora de hablar de eso, un ganar tiempo por un motivo concreto para no hincarle ahora el diente a un asunto delicado o quitarte de encima a un mochuelo. Gana tiempo el presidente del Gobierno, catedrático en Habilidad, Culebreo y Supervivencia. Un día más en la Moncloa, una amanecida más con vistas a los jardines por donde soltará el perrillo para que corra. Ganamos tiempos con los pesados que nos acechan con su tema. Reloj, no marques las horas que ya para después de Navidad tendremos que hacer lo que haya que hacer, que probablemente no lo haremos porque en realidad no había que hacerlo.

Cuando acaben las pascuas seguiremos remolones. Y superado el primer mes del nuevo año, podremos emplazar a nuestro interlocutor para después de Semana Santa. Así más o menos es como funcionan los servicios sanitarios públicos, según las denuncias, de tal forma que nuestro presidente se ha comprometido a que nos llamen por teléfono si no hemos conseguido cita en tres días. “Hola, ¿qué tal? Aquí el SAS, ¿qué podemos hacer para consolarle y hacerle más llevadera la espera?”. La sanidad pública a este paso va a tener que derivar las llamadas al Teléfono de la Esperanza, fundado por el andaluz Fray Serafín Madrid. ¿Se imaginan que en la llamada prometida nos digan algo tan recurrente? “Le llamaremos de nuevo, pero ya después de Navidad...”.

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