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Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Las fuertes lluvias de estos días, que tan graves daños y tantas víctimas han causado, han acabado con las fiestas de Halloween; y llegamos al día de Todos los Santos con luto y tristezas. Primero es lo primero, y no está la gente para cachondeitos. En este 1 de noviembre, nos acordamos del maremoto de 1755 y de la Virgen de la Palma. Y nos parece que lo ocurrido en Valencia es como un maremoto devastador. El Gobierno ha decretado tres días de luto oficial. En San Fernando y Puerto Real, que han sufrido inundaciones, han suspendido sus fiestas de Halloween. Y se puede preguntar: ¿por qué los ayuntamientos de San Fernando y Puerto Real gastan dinero público en Halloween?
En Cádiz, sobre todo en la capital, resulta cansina la polémica por las celebraciones de estas fechas. Hoy es el día de Todos los Santos, fiesta de precepto para los católicos, y mañana el día de los Fieles Difuntos. Pero los Tosantos empiezan a verse como una antigualla, por la pujanza de Halloween, que llegó importada (o impostada) desde EEUU. Y que es promocionada entre los niños por los colegios, tanto públicos como concertados y privados. Además del Ayuntamiento de San Fernando, que muere con Halloween,
Cada cual puede celebrar lo que más le guste. No obstante, es una pena que se esté perdiendo una fiesta tradicional de Cádiz. Los Tosantos estaban vinculados al Mercado Central, conocido en el Cádiz de toda la vida como La Plaza. Celebrar la fiesta de los Tosantos en los mercados municipales un día laborable es el primer error. Impide que tenga más coherencia. La fiesta de los Tosantos en los mercados (y en todas partes) se debería celebrar el 1 de noviembre, que es su día.
Los Tosantos consistían, básicamente, en compras de frutas de temporada (cuando las había), como las granadas o las chirimoyas, y frutos secos, como las castañas y las nueces, que preludiaban el invierno. Y, además, los dulces propios de la fiesta, que son los huesos de santo y los buñuelos. En los últimos años, se han añadido los panellets, que son de tradición catalana, como su nombre indica. Lo más gaditano es el hueso de santo, que se asemeja en parte al turrón de Cádiz.
La fiesta de Halloween, con las calabazas y los disfraces, se incorpora al costumbrismo. Aquí todo se carnavaliza, y algunos festejan Halloween como un carnaval de disfraces en noviembre. Por desgracia, este año no estamos para fiestas, se presta más a conmemorar el día de los Difuntos. Tiene que ver con el tiempo: la memoria del pasado, la fugacidad del presente… Y el futuro que nos espera.
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