La dinámica del Carnaval

29 de enero 2025 - 03:03

Desde que murió Franco, el Carnaval ha condicionado mucho la vida de Cádiz en los meses de enero y febrero. El concurso del Gran Teatro Falla pasó por el Teatro Andalucía (hoy inexistente) en los tiempos de Carlos Díaz en la Alcaldía, hasta volver al Falla cuando se terminó su restauración en 1991. El Carnaval no paraliza la vida ni las actividades en Cádiz durante esos dos meses, pero sí las condiciona. Y tiene influencia en las costumbres locales. También en la agenda política, sobre todo en la municipal. Un alcalde, en este caso Bruno García, debe estar muy pendiente de lo que suceda y se cante en el concurso de agrupaciones carnavalescas.

Esa anómala aclaración del bulo o infundio sobre su vida personal, que hizo pública el alcalde, quizás no hubiera tenido lugar en otras fechas. Fue como un aviso a los navegantes. Se puede criticar todo lo criticable, pero hay líneas rojas en el respeto de la sensibilidad personal. En los repertorios de Carnaval eso se tiene claro, con mínimas excepciones, que confirman las reglas del juego. Aunque el margen para la tolerancia es muy amplio, no vale todo.

El Carnaval tiene una dinámica que quizás no se entiende fuera de Cádiz en su alcance. Por ejemplo, las ausencias y los regresos. En el concurso no sólo están los que participan, sino que se habla mucho de los que no estarán presentes. Este año Antonio Martínez Ares y Tino Tovar no van a concursar. Ausencias que originan consecuencias. Para muchos, la modalidad de comparsa se ha quedado huérfana, porque no participan dos acaparadores de premios.

Para compensar, están los regresos. A la comparsa vuelve Jesús Bienvenido, otro autor laureado. Y a la chirigota regresan El Yuyu (cuya ausencia se daba casi por definitiva) y el Canijo de Carmona, además de Kike Remolino que vuelve a su modalidad original. Siendo esto importante para revitalizar más aún las chirigotas (son las agrupaciones preferidas fuera de Cádiz), los más fiebres se acuerdan de que estará ausente José Antonio Vera Luque, por lo que la felicidad chirigotera no puede ser completa, según el palmarés de premios del concurso en los últimos años.

Tampoco faltan las voces quejumbrosas por la sequía de nuevos talentos. Hay autores que pelean los premios a los considerados históricos. Mas no se consagra otro Antoñito Martín como el de ‘Los mayordomos’, ni ningún chavalito como Luis Rivero en su día, que llegue para quedarse en lo alto. El Carnaval vive de la novedad, incluso de la novelería, y lo novedoso es fundamental en esta peculiar dinámica.

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