Dineros de cada uno

06 de agosto 2024 - 03:05

No quiero, porque no puedo, apuntarme al coro de ‘expertos’ en financiación autonómica que en las últimas semanas han brotado, tras el pacto entre los socialistas catalanes y Esquerra Republicana por el que se cederá a Cataluña la recaudación y gestión de impuestos. Tampoco quiero, porque no me sale, engrosar el creciente número de profetas del desastre nacional que va a ocurrir por culpa de ese acuerdo. Será que el que nace moderado en moditos no tiene ganas nunca de luchar contra su sino.

Dada mi casi absoluta ignorancia (más allá de la declaración de la renta que confío a los profesionales) en asuntos fiscales no me atrevo a emitir un juicio claro y rotundo sobre ese acuerdo que ha encendido a tanta gente y que va a posibilitar que un socialista ‘españolista’ presida la Generalitat con el apoyo de un grupo independentista, algo impensable hace sólo unos pocos meses. Pero mi intuición, que aún no me falla, me dice que ahondará en las diferencias entre regiones ricas y pobres en este país que se sigue llamando España. La mejor prueba es la insistencia con que esa comunidad pudiente ha reclamado la independencia fiscal.

Denota además la abominable creencia, por su parte, en que ellos lo harán mejor porque son mejores y que, por eso, compartir Hacienda con todos los demás les perjudica. Es aquello tan viejo de “si son pobres será porque no saben salir de su pobreza”, o sea que nos lo merecemos. Cuando la realidad es que si naces rico, con la herencia recibes los boletos para seguir siéndolo.

Dicho todo esto, la pregunta de este ignorante es ¿dónde han estado todos los guardianes de esa inexistente esencia patria en estos casi cincuenta años de democracia, mientras han regido, y siguen rigiendo, los conciertos fiscales del País Vasco y Navarra? En esencia, ya que estamos, vienen a ser lo mismo que ahora se demoniza para Cataluña. En Navarra, además, durante estas décadas, ha gobernado la derecha más españolista, sin que les haya quemado su dinero autogestionado ni eso haya puesto en peligro la unidad de la patria. De hecho, es bien conocido que fue precisamente el régimen de Franco el que mantuvo esos derechos forales de gestión en Álava y Navarra por el apoyo que le brindaron ambas provincias a su golpe de Estado, mientras se los arrebató a Vizcaya y Guipúzcoa por su afiliación republicana. Las diferencias entre la España que algunos imaginan y la España real son cada día más grandes.

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