Los equilibrios en el Consejo de Gobierno

El salón de los espejos

28 de julio 2024 - 03:06

La anunciada remodelación del Gobierno andaluz que lleva dos meses y medio haciéndose esperar tendrá este martes su foto final de familia. Juanma Moreno cumple con una liturgia que considera importante para dar la máxima relevancia a su “nuevo” Consejo de Gobierno y para mantener tensionados a todos sus consejeros. Les manda un mensaje claro, además, de que ocupan cargos eventuales por si a alguno se le había olvidado.

La semana que termina en San Telmo ha estado llena de silencios, de horas de trabajo en el despacho para calibrar hasta dónde deben llegar los “ajustes” de competencias entre las diferentes consejerías. Tan enfrascado ha estado el presidente en estos cambios que hasta faltó el lunes a la Junta Directiva Nacional del PP. Y no suele.

Hay un hecho claro que se ha ido evidenciando en los dos años que se han cumplido de esta legislatura. Hay una clara descompensación en la carga de trabajo de las consejerías con departamentos que tienen amplísimas competencias mientras que dos de ellas, Universidad e Industria, apenas disponen de doscientos funcionarios cada una, lo que muestra el nivel de gestión. Con las delegaciones territoriales sucede lo mismo: las de Educación y Medio Ambiente están saturadas de expedientes a pesar del macro decreto de Simplificación.

Hace dos años, Juanma Moreno anunció su primer Ejecutivo de la mayoría absoluta con más de una hora de retraso, con titubeos y sin tener actualizados los curriculums de algunos de sus consejeros. Pasaría lo que fuera pero dio una gran sensación de improvisación, de que había quien le había dicho que no. Y eso ha pesado como una losa. Por eso en esta ocasión todo está medido al milímetro evitando sorpresas.

Más allá del consejero, o consejeros, que puedan salir del Gabinete, todo apunta a que los cambios serán profundos en la organización de la Junta. Los segundos niveles de la administración son casi tan importantes, o más, que los primeros. Y algo así se está barruntando en el SAS donde se prevén cambios en las direcciones de los hospitales de referencia o las áreas sanitarias con más dificultades. Otra cosa será en la cúpula de la Consejería.

El presidente conoce ahora mejor a su equipo y sabe también dónde hay roces internos (algunos muy sonados), dónde un trabajo incansable... o quiénes se han escondido del foco público cada vez que han podido. La liturgia terminará con la rendición de cuentas ante el partido. ¿O es que se deberán aprobar también algunos cambios orgánicos?

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