Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
Alos problemas crónicos de las piedras gaditanas se suma el desinterés y la la falta de cuidados del Ayuntamiento en los últimos años. Ya he escrito en otras ocasiones que Cádiz está habaneada (es decir, con un deterioro y decadencia como el de la capital cubana), y que los ocho años de abandono del kichismo y sus compadres de AIG se notan más con el paso del tiempo. Es como si uno vive en una casa palacio y no le hace obras durante muchos años. Se termina convirtiendo en una infravivienda. Cádiz es como una Casa Lasquetty, que fue un palacio y después se convirtió en infravivienda, por lo que necesitaba una rehabilitación de la Junta de Andalucía. Cádiz necesita una financiación singular del Gobierno central y de la Junta, porque a Cádiz se le viene la casa abajo.
Esta ruina se nota en todo. En los castillos, en las murallas y los baluartes. En los miradores y los edificios públicos. En las estatuas y los monumentos. En los parques y las plazas. En el mobiliario urbano. En las aceras y los socavones. Se perciben intentos de chapuzas por parte del Ayuntamiento, pero Bruno García no tiene suficiente dinero para tanto palaustre como se necesita. Y así van haciendo obras de emergencia.
También se sabía que todos los que han permanecido callados durante los ocho años del kichismo iban a protestar ahora. Aquellos que no dijeron nada cuando regalaron el edificio del antiguo Gobierno militar, cuando el mirador y el paseo de Santa Bárbara se quedaron abandonados, cuando la UCA no puso un euro para la rehabilitación del edificio de Valcárcel, cuando el Campo de las Balas estuvo dedicado al noble fin de aparcamiento cutre, etcétera. Y ahora hay que resolver todo de golpe, porque antes no daban golpe.
Hace falta una financiación singular para Cádiz. María Jesús Montero, que vino a un foro en el hotel Cádiz Bahía y cantó maravillas, ha animado a que no sea sólo para Cataluña. Después hemos sabido que en Teruel y Soria también hay financiación singular, o algo parecido. En Barbate y La Línea sus alcaldes la reclaman. ¿Y por qué en Cádiz no? Tengan en cuenta que Cádiz ha sido zona catastrófica durante ocho años, y necesitaría unas ayuditas de financiación singular. No basta con el café para todos en Los Italianos o en el Liba.
Cádiz está abandonada por el Gobierno central. No vinieron el presidente Pedro Sánchez, ni el ministro de Cultura catalana Miquel Iceta al Congreso de la Lengua Española. Aquí sólo viene Luis García Montero, con los unos y con los otros. Así está Cádiz, que no se puede aguantar.
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