Juanma envía señales de humo a Mazón

Comunicarse con Carlos Mazón es un empeño dificultoso, su relajada noción del tiempo, los caprichos de la cobertura telefónica, su azarosa vida social y sus copiosas sobremesas convierten al presidente de la Generalitat valenciana en una suerte de partícula subatómica inasible e impredecible, así que su compañero Juanma Moreno ha tirado de los métodos más arcaicos de transmisión y ha comenzado a enviarle señales de humo. Como un piel roja de Mojave. ¿Debe dimitir Mazón?, le preguntaron al presidente andaluz esta semana, a lo que respondió: “Es una decisión que debe adoptar el propio Mazón, a mí no me corresponde”, lo que en términos políticos significa que ya hace algunos días que debía de haber renunciado.

Juanma Moreno sirve de guía al resto de presidentes autonómicos y, si el andaluz señala al cese, es que en Génova ya han tomado la decisión, aunque como corresponde a un buen gallego como Alberto Núñez Feijóo esto necesita de mucha cochura para nunca decírselo a las claras.

Francisco Franco, que fue el paradigma de estos comportamientos resbaladizos, le preguntó un día a Ernesto Giménez Caballero, a quien Paco Umbral llamó el Charles Chaplin del fascismo español, por qué nunca había sido ministro. ¿Por qué será, Ernesto? Con la cantidad de ministros que he nombrado ya.

La jueza de Catarroja que instruye la investigación por las 224 muertes de la dana está levantando un acta de los hechos que sonroja. Entre las cinco y las seis de la tarde de aquel día aciago se recibieron 2.438 llamadas en el teléfono 112 de la Comunidad Valenciana, que se sumaron a los avisos que también habían trasladado tanto la Aemet como la Confederación Hidrográfica del Júcar, pero lo que aún desconocemos es qué hizo Mazón entre las 17:00 cuando, supuestamente, salió de El Ventorro y las 20:28, hora en la que llegó a la sede del Cecopi.

La mayor parte de quienes murieron ese día ya había fallecido, según consta en un sumario donde se trata de dilucidar si la consejera de Interior retrasó la llamada a la población que era de su competencia por la ausencia del presidente, por su oposición o por su incapacidad para adoptar esa decisión. Hay algo claro: Mazón ha mentido en varias ocasiones, y es posible que también lo haya hecho a su partido, aunque lo llevase bajo palio hasta anteayer. Valencia no es cualquier comunidad para el PP, sin ésta y con un resultado incierto en Andalucía, que es hacia donde apuntan los sondeos con vistas a unas generales –no autonómicas–, Sánchez podría renovar su inestable pero duradera izquierda plural.