La esquina
Sin mayoría para la inmigración
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No sé si la cesión de la política migratoria a la Generalitat es la cesión más grave de la historia constitucional, como dice Feijóo. En general, a Feijóo todo lo que hace el Gobierno es lo más grave que se ha hecho... hasta lo que haga al día siguiente.
Grave es, desde luego. Porque el fenómeno de la inmigración presenta aspectos que afectan a poderes básicos del Estado: la seguridad, los derechos humanos, las fronteras, la extranjería... a los que no se debe renunciar. Porque su cesión se hace por exigencia de un partido abiertamente favorable a practicar una política migratoria dura y restrictiva, más centrada en el orden público y la defensa de la identidad catalana. Y porque el pacto, en su propio texto, asume el marco mental e ideológico de este firmante chantajista, que es el de la ultraderecha racista y xenófoba que supedita el asilo o la residencia del inmigrante al nivel de conocimiento de una de las dos lenguas oficiales de Cataluña (la otra le da igual).
Es un salto adelante más en la consolidación del peor legado que Pedro Sánchez dejará a las futuras generaciones socialistas: la mutación del PSOE socialdemócrata, de vocación mayoritaria, moderno e instalado en la centralidad, en un partido con tics populistas, desideologizado, que no tiene otra vida interna que aplaudir las consignas de un único Líder e incapaz de entender por qué pierde las elecciones. Sólo Felipe González, Page y el secretario general en Extremadura han alzado la voz contra este último atropello a la razón democrática y al pensamiento progresista, perpetrado en beneficio del Fugitivo y de sus ideas xenófobas indistinguibles de las de Le Pen. A ver quién va a reunir energía, redaños y lucidez para resucitar, dentro de unos años, este PSOE irreconocible.
Con todo, es muy posible que este nuevo peaje aceptado por el presidente del Gobierno para seguir siéndolo un rato más no llegue a abonarse por culpa de terceros. Como la Ley de Amnistía, que se aprobó al dictado de su principal beneficiario –hasta se redactó una segunda versión por imposición suya– y los malditos jueces impidieron que se le aplicara precisamente al susodicho. Ahora tal vez pase lo mismo. La proposición de ley sobre inmigración no solamente va a ser rechazada por PP y Vox. También se muestran contrarios un sector de Sumar –IU, Más Madrid, Compromís–, Podemos y Bildu. Con total coherencia ideológica, ellos sí. ¿Qué se inventará Pedro Sánchez para que cambien de opinión? ¡Cualquiera sabe!
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