Enrique García-Máiquez

Y con el Mazón dando

Su propio afán

23 de marzo 2025 - 03:06

Aunque lo importante es el “a Dios rogando”, hay que dar con el mazo e, incluso, con el Mazón. Lo ha hecho Vox aprobando los presupuestos en una comunidad tan castigada como la valenciana. El acuerdo ayudará a las víctimas de la DANA, y eso es fundamental, pero, además, también tiene una percutante lectura política.

Con este acuerdo se demuestra que Abascal es capaz de llegar a entendimientos con el PP, siempre y cuando este partido le necesite muy desesperadamente y respete los términos del pacto. O sea, que es difícil, pero no imposible y, entre tanto, Vox consigue proyectar (al electorado de derechas, el otro no le renta) la condición de voto útil que tanto se le ha regateado. Al mismo tiempo, imponen condiciones clave entre los suyos, como la eliminación de subvenciones a las ONG que fomentan la inmigración ilegal, la eliminación de la discriminatoria exigencia del valenciano para las oposiciones y la supresión de partidas destinadas a Memoria Histórica y la Agenda 2030, entre otras.

Por supuesto, Mazón no es, hoy por hoy, la pareja de baile soñada por nadie, pero eso a Vox le viene hasta bien. Le permite transmitir que el PP no es su combo ideal, pero que hay que sacrificarse (a cambio de algo, claro) por el bien de los administrados y de la política española.

Mantener a Mazón es darle un mazazo a la doble vara de medir de la izquierda. Y en el mazazo está Vox. Sería una torpeza política que dimitiera antes que Teresa Ribera, elevada por el mismo PP europeo a vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea a pesar de una gestión lamentable, o que Sánchez, el de la ayuda condicionada.

Aunque este movimiento desconcierte e irrite a extraños (e incluso a propios), de cara a las próximas elecciones generales se deja el mensaje de que el entendimiento entre el PP y Vox no hay que darlo por bloqueado, con independencia de que ambos partidos tengan legítimamente intereses muy distintos. Esto inquietará a Sánchez, que mientras se reunía felizmente con Bildu, creía que tenía abducido a Feijóo, esto es, que lo había convencido de que su única posibilidad de llegar al gobierno, que es pactar con Vox, era una cosa herética y escandalosa. También desconcertará a quienes pensaban que cualquier apoyo de Vox al PP implicaba sumisión del partido verde al partido azul. Ya se ve que se puede mandar mucho desde el acuerdo. Mazón, para salvarse, ha abierto camino. A mazazos, claro.

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