Enrique / García-Máiquez

Los mejores duetos

Su propio afán

29 de abril 2015 - 01:00

TRAS las elecciones andaluzas, entre esta alborotada algarabía de negociaciones, la curiosidad está en los duetos íntimos, a lo Pimpinela. Parecía que Pablo Iglesias era partidario de un raudo acercamiento al trono de hierro, digo, a Susana Díaz; y que Teresa Rodríguez dijo: "¡No, no!" A simple vista, se impuso ella, pero quién sabe si cambiará de opinión o no o sí o vete y pega la vuelta… El dúo estrella, sin embargo, lo hacen Juan Marín y Albert Rivera, porque en Ciudadanos todo es más equilibrado y equilibrista.

Aunque algunos andan distraídos con su peinado, lo significativo del líder andaluz de Ciudadanos es su perfil. Encajaría en un pacto con el PSOE. A fin de cuentas, lo tenía en Sanlúcar, a plena satisfacción de las partes, como ha reconocido siempre. Sin perder la sonrisa indolora que le caracteriza, Albert Rivera ha tirado de las riendas con una firmeza que no ha pasado desapercibida. No queda otro remedio en un partido de aluvión como el suyo. Todos los candidatos de Ciudadanos se comprometen a no hacer acuerdos por su cuenta y riesgo. Necesitarán la aprobación del partido.

Una tensión interna que da su juego por las bandas. Ciudadanos, que últimamente tiene la suerte de los campeones, se ha encontrado de chamba con la posibilidad de practicar el poli malo, poli bueno, con un Marín con querencia al pacto y un Rivera con tendencia al monte. El mando en plaza ya se sabe quién lo tiene, pero el balanceo puede dar buenas vibraciones a izquierda y a derecha, que es lo que hoy por hoy les conviene. Para unos el malo será Marín, si parece que pacta, aunque fuese una abstención, que sería un horror para sus votantes; para otros el malo y el nebuloso será Rivera, que se convertirá en el coco de socialistas… y de Podemos.

El cante final lo pueden dar Rajoy y Moreno Bonilla, si conviene al primero una gran coalición más o menos vergonzante con el PSOE. Pero para el canto del cisne del atasco andaluz queda un rato. Mientras tanto, la clave de estos duetos tan sentidos está en que todos quieren poder pero nadie puede formar una pareja de baile tan pronto. A medio plazo un pacto de Ciudadanos con el PSOE sería suicida para él y la mejor de las noticias para el PP. El bipartidismo está muerto, sí, ya; pero la política de dos bloques resucitará en cuanto cristalicen los acuerdos. Y favorecerá al partido que lidere cada bloque y, todavía más, al que se quede solo.

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