Miarma

Con la venia

06 de marzo 2025 - 03:05

Carlos Navarro Antolín le hizo una entrevista al Yuyu, el más sevillano de los chirigoteros gaditanos, donde el entrevistador citó una frase de Antonio Burgos, “Sevilla tiene mucho Cádiz dentro”, a lo que respondió el autor de Carnaval, que vive desde hace 20 años en la capital de Andalucía: “El que critica a Sevilla en Cádiz es carajote”. No dudo del afecto que hay hacia Cádiz en Sevilla, pero con una mirada un tanto colonialista, por decirlo de alguna manera, como la Reina Victoria a la India. Será eso la ‘sevillanía’. Ese deje de superioridad del que viene a la ciudad en los carnavales porque les hacen gracia las chirigotas. El Yuyu es normal que defienda a sus vecinos y a su empresa, no podría decir lo contrario entre otras cosas porque no podría ni acercase a comprar el pan. Fruto de ese interés es la cantidad de chirigotas que vienen de Sevilla y su provincia, con humildad y ganas de agradar, pero no nos olvidemos que el Carnaval es la fiesta de Cádiz, por mucho que Angels Barceló llevase a su programa para hablar del Carnaval a la chirigota del Bizcocho y a un gachó de Dos Hermanas. El problema es que el sevillanismo es en el fondo una especie de Caballo de Troya: cada vez hay más gente en Cádiz aduladores de Sevilla u obsesionados con sus costumbres, incluso una tertulia de la Semana Santa se ha constituido con el único fin de defender que se traslade a Cádiz la manera de hacer las cosas en las cofradías sevillanas. No tengo ni que decir que a mí me es indiferente cómo se carga, las túnicas y las marchas procesionales. Incluso hubo un carnavalero que llegó a tal nivel de amor por Sevilla que iba todas las Semanas Santas a cantarle a una Virgen trianera. Por raro que parezca, están a los que les tiemblan las piernas de pensar que se acerca la Feria de Sevilla, con su albero y su olor a boñiga. Muchos autores escriben sus letras para que sean entendidas en los pueblos de Andalucía, que son quienes les reportan los ingresos de los que viven la mayor parte del año, así que si se canta a las listas de espera de la sanidad sin decir quién es el culpable de su existencia, se reirán igual los de izquierdas y los de derechas, los de Torredonjimeno, los de Aracena y los de Carmona. Sentido práctico de la vida. ¿Cómo cantarles a los barberos de la calle Nueva si se van a pelar a la calle Sierpes, si es que hubiera peluquerías allí? El humor carece de más límites que el que establezcan las leyes, como muy bien han defendido la mejor agrupación de todas las que han concursado, ‘Ku Klux Klan Klan’. El bienquedismo ha abierto la puerta a los reaccionarios y a los negacionistas. Eso sí, el escalón más bajo de la evolución son la gente que se quería hacer una foto con el gachó ese de La Isla de las Tentaciones.

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