Las mil caras de las Angustias

La Virgen de las Angustias, de la cofradía del Caminito de Cádiz, es una de las que más veces ha salido en el siglo XXI. También estaba previsto que presidiera el vía crucis de las cofradías gaditanas el primer lunes de Cuaresma, pero no pudo a causa del mal tiempo. Hoy, al llegar otro Miércoles Santo, hay que tener confianza en que el tiempo lo permitirá. Más allá de verla en las calles o no, esta dolorosa de singular belleza ha protagonizado estampas y visiones insólitas, en las que siendo la misma imagen parecía diferente. Una Virgen con el mismo Cristo en su regazo, pero con todas las caras y todas las formas estéticas que la fantasía pueda imaginar.

La Virgen del Caminito es de talla completa. Esa es una característica que ya le aporta un matiz diferente, porque también tiene un manto negro bordado, con un hueco para insertar la cruz que se eleva en su paso. Se puede disponer como una dolorosa de vestir o como una imagen de talla completa, más propia de altar para el gusto barroco, que prefiere aditamentos y joyas para añadir a la imaginería.

Se sabe que la Virgen de las Angustias puede ser dispuesta con diferentes aspectos, como si fuera una imagen polivalente, o muchas imágenes variadas que son una sola. Y a eso se añade las peculiaridades de su procesión, con una capilla pequeña de donde no puede salir completo el paso. Singularidad tras singularidad, para una Virgen que se venera en esa capilla de la calle Isabel la Católica que parece una ermita, igual que cuando el barrio de San Carlos aún no había sido construido. Aquella Virgen, con su Hijo muerto en el regazo, era una devoción a la que se rezaba cerca del mar, que moría en las orillas de la Bahía, por donde llegaban al puerto los barcos de América.

El Miércoles Santo es el día de los misterios en la Semana Santa de Cádiz. El misterio del Cristo de las Aguas que llega desde el Pópulo. El misterio de la Sentencia que cruza la plaza de las Canastas. El misterio del Señor de la Salud con el que se recuerda a las cigarreras y a la antigua fábrica de tabacos. Tres misterios con pasos grandes. Tres pasos realizados en Sevilla por los mejores tallistas. Tres joyas procesionales del altar itinerante.

Y, al final, la Virgen del Caminito, que es la belleza de las Angustias en estado puro, en un paso pequeño, que no cabe por la puerta, pero sale, con sus pinturas ya antiguas de Rafael del Águila, con el estilo del Cádiz recóndito de otros tiempos. Y con las mil caras de la Virgen que se asoma angustiada a la Alameda, como si se viera reflejada en un naufragio de otros tiempos.

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