MIRAR DE LEJOS

Cuarto de muestras

10 de marzo 2025 - 03:04

Es muy tentador no dejar de mirar a Trump. Él no se cansa de darnos espectáculo. Pero de vez en cuando tendremos que mirarnos a nosotros mismos para tratar de entender lo que pasa en Ucrania y en el mundo, lo que nos pasa. Nos habíamos acostumbrado a la rutina del parte de guerra. A que asomara a la televisión un niño sucio andando solo por calles destruidas. A que la corresponsal nos hablase en medio de la desolación de plazas sitiadas cuyo nombre ignorábamos hasta ese momento; de ofensivas y retrocesos en ese tiempo detenido que es una guerra mientras dura. A mirar de lejos. Las recientes imágenes de Zelenski con Trump nos han zamarreado a todos.

Leyendo los periódicos no se sabe si nos llaman a la resistencia o a las barricadas. Si aquello del desarme y la superioridad moral europea era apenas un cuento transitorio ya agotado. Si tienen razón los franceses y hay que armarse no sólo de paciencia o podemos permitirnos ir de pacifistas y dejar en manos de terceros nuestra defensa, nuestra evidente vulnerabilidad. Si podemos y queremos ayudar a nuestra vecina Ucrania durante y, sobre todo, después de la guerra o nos quedamos fuera por interés y despreocupación a un tiempo; por un torpe cálculo en el que, a la larga, perdemos hagamos lo que hagamos y, más aún, si no hacemos nada. Los malos escenarios, y este parece que lo es, no permiten la quietud, la ajenidad a los problemas que se plantean.

Populismos de todo orden y signo han puesto en evidencia la deriva de los sistemas democráticos, la escasez de librepensadores, la renuncia inconsciente, la ductilidad del Derecho al servicio de los peores intereses. La exacerbación de lo pequeño y el olvido de lo grande, pues al problema bélico se une el ataque al corazón de las democracias que es el Estado de Derecho, el imperio de la Ley. No es casual que Trump haya indultado a los que asaltaron el capitolio, Sánchez a los que llevaron a cabo el Proceso independentista, o Meloni embarcara a los inmigrantes para quitárselos de encima.

Quiero pensar que no todo está perdido porque, hace poco, una fiscal estadounidense renunció a su puesto al pretender Trump obligarla a retirar sus cargos contra el alcalde de Nueve York. También Los tribunales obligaron a Meloni a retornar a los inmigrantes. Hay resistencia. Hay esperanza.

Apoyemos a aquellos que pueden salvaguardar le ley y el Estado de Derecho y con ello nuestras democracias. Jueces y ficales independientes que no se avengan a las directrices políticas, que no tuerzan la ley por mantener su cargo. Dejemos todos de mirar de lejos.

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