Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
Hace ahora 14 años que se declaró el flamenco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. ¿Alguien ha notado algún cambio?¿Está mejor el flamenco de lo que estaba?¿Viven mejor los flamencos? Confieso mi ignorancia sobre el tema pero aparte de un ejercicio masturbatorio no soy capaz de ver nada que suponga una mejora con esta declaración. Cuando se declara un monumento o una ciudad, la Unesco ejerce una labor de control de lo que allí se hace o se va a hacer. Por ejemplo: iban a hacer un pabellón de deportes junto a la plaza del Obradoiro de Santiago, la Unesco amenazó con retirar el reconocimiento a la ciudad y se anuló el proyecto. De hecho recuerdo que cuando propusimos que el Casco Antiguo de Cádiz fuera propuesto como Patrimonio de la Humanidad, el difunto Antonio Matos hizo un informe en el que reconocía que se iba a perder autonomía en la gestión, argumento que hizo suyo el por entonces concejal de Urbanismo, Rafael Garófano, y se paró todo el procedimiento. Si alguien es capaz de decir la mejora que ha tenido el flamenco, me callo. Están en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: el silbo gomero, el Misterio de Elche, los castellets de Tarragona, las Fallas, la fiesta de los patios de Córdoba, la dieta mediterránea, las tamboradas de Teruel... Ni una sola de estas fiestas ha visto mejorado su desarrollo ni amplificada su repercusión. Son tradiciones de sus respectivos pueblos que ya eran famosas y lo siguen siendo. Así que alguien me diga qué va a ir a mejor en el Carnaval. Como lo que abunda no daña, pues que lo incluyan en la lista del Patrimonio Inmaterial es una pamplina más que servirá para una sesión de baño y masaje para los carnavaleros, tan dados a mirarse al espejo y a pensar que son lo mejor de lo mejor. Es como las fiestas “de interés turístico”. ¿Qué carajo es eso, Dios mío de mi alma?, que le cantaron Los Borrachos al cartel de Alberti. Onanismo en estado puro, a lo que está acostumbrada esta ciudad que piensa que más allá de Cortadura todo es campo, aunque haya tantos gaditas irreductibles o reconcentraos que viven en La Ardila, Vistahermosa o Casines. Se tramitará el expediente, el Ayuntamiento se pondrá en primera fila sacando pecho, los de la Cátedra esa (¿como la de Begoña Gómez?) correrán a apuntarse la medalla, en los carteles se pondrá la frase, habrá coplas de todo tipo con la gente señalando al Hispasat o al techo del Falla dando las gracias al Tío de la Tiza, Cañamaque, Paco Alba y el Eterno Capitán Veneno, todos contentos y felices. Y al día siguiente, a trabajar en la hostelería o a irse por el puente como Pakito. No habrán notado ningún cambio pero dormirán felices aunque “Cadi es de Cadi ná má y es patrimonio del gaditano”.
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