Ha muerto el tío Gineto

Ha muerto Juan Jiménez El Tío Gineto, útimo miembro de una familia de artistas gaditanos que, al menos para nuestro conocimiento y para el mundo del flamenco -del flamenco documentado- comienza con Pablo Jiménez, un tratante de ganado en Sanlúcar de Barrameda conocido popularmente como Pablillo la Gineta, uno más de los gitanos que encontraban calor en la bella ciudad atlántica, trabajo, amistad y sobre todo un mundo cultural y musical ya forjado con anterioridad por familias calés que desde el siglo XVIII fueron integrándose en la población de la capital gaditana, muy especialmente en el popular barrio de Santa María.

Al recordar hoy al Tío Gineto con motivo de su fallecimiento, estimamos que con él rendimos debido homenaje a todos los gitanos gaditanos o afincados en Cádiz, que hicieron nacer este incomparable arte, tan íntimamente nuestro, como es el cante y baile flamenco.

Las familias gitanas son bastantes tradicionales y endogámicas y por ello la herencia cantaora o bailaora se transmite de padres a hijos, de tíos a sobrinos, de hermanos a primos. Y así, herederos de aquel Pablillo la Gineta fue su hijo Pablo Jiménez Antúnez, bailaor, y nada menos que del ballet de Encarnación López, La Argentinita, con la que estrenó las Las calles de Cádiz de Quintero, Rafael de León y el maestro Quiroga. Pablo Jiménez Antunez y Manuela Pérez Fernádez, forman matrimonio y de él nacerá la familia actual de los Ginetos: Pablo,Gertrudis, Curro, Pilar -madre de Juanito Villar-, Manuela, Antonio -que murió en Alicante- y Juan, quien con su hermana Pilar heredaron el sobrenombre: Juan, el de Gineto y Pilar el de Gineta.

Una familia de bailaores y palmeros que finaliza ahora por línea directa con el fallecimiento del último de sus miembros: el Tío Gineto. La vida de este intérprete comienza en la misma familia y en centros flamencos de de la época: El cañón, La Parra de la Bomba, El Villa de Madrid, la Venta del Pozo, Corona, el Transval... Y aparece la profesionalidad actuando en destacadas salas de fiestas: El Pay Pay, el Salón Moderno en la calle San Juan, El Petti Cursat, El Chato, Venta de Vargas y otros más.

Con su hermano Pablito intervino en el espectáculo Las calles de Cádiz, con la que recorre toda España. Y más tarde forma parte de la compañía de Conchita Piquer. Gineto forma también parte de La guapa de Cádiz con Lola Flores y también con esta misma artista intervino en las películas Martingala y Una señora estupenda junto a artistas de la talla de Gracita Morales, Juan López Vásquez y Gila. Independientemente de estas famosas compañías Gineto actúa en Los Tarantos, en Barcelona; Torre Bermeja, en Madrid junto a La Paquera, Faico y el Bambino, y en los Canasteros con Manolo Caracol.

Uno de los éxitos de Gineto fue en la representación del Amor Brujo de Falla junto a intérpretes como La Macarrona, Malena Loreto, Pablito e Ignacio Espeleta. Gineto tenía entonces doce años. Cabe destacar una gira por los pueblos de nuestra provincia en cuyo elenco figuraba una joven y bella bailaora, La Niña de la Yedra, más tarde conocida como Conchita Aranda, la figura estelar de los Gitanillos de Cádiz.

Y los amigos, los compañeros de los trabajos improvisados: salas de fiestas, coches de caballos, juergas privadas con Ramón Vélez, Eloy Blanco, Chano Lobato, El Caramelito, El Cojo Peroche, Miguel Borrull, así como con figuras tan señeras como La Perla, Curro la Gamba, Aurelio Sellé, Santiago Donday, Manolo Vargas, Beni y Amós Rodríguez Rey y con figuras tan gaditanas como Paulita -la hermana de Alfonso de Gaspar-, María la Ñaña, Soleá la de los jarritos, Manuel el Charol, Rosa la Papera y con su hermana y sobrino: Juanito Villar y familia.

Pero quizás lo más importante de Gineto, sea su herencia, su bagaje artístico, sus veinte años en la peña flamenca Enrique el Mellizo como palmero y bailaor, metiendo a las jóvenes alumnas -El Junco fue su alumno-, el ritmo, el arte sublime, el don maravilloso del baile y el compás.