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La esquina
José Aguilar
Juanma y su may oría
Como dice Manolo Gómez de la Torre, el museo que quieren poner en la Punta de San Felipe podría albergar las maquetas y los dibujitos de todos los proyectos que nos han vendido a lo largo de la historia, desde aquel puerto franco en el que se empeñaron las fuerzas vivas de la ciudad a la zona franca argentina, el aeropuerto de Torregorda, el túnel bajo la Bahía que propuso José Antonio Durán (antes de que Dragados cayera bajo Tito Floren), el Cádiz 3 de infausta memoria, las torres que se iban a hacer en los cuarteles del parque por iniciativa del concejal de Urbanismo de la primera corporación democrática que cayó porque UCD, PCE y PSA votaron en contra, el Faro de las Libertades que se iba a hacer en San Sebastián, el Centro de Interpretación del Constitucionalismo del Oratorio, el Museo del Carnaval en la plaza de la Reina, los aparcamientos en la propia plaza de la Reina, en la plaza de la Catedral, bajo el Mercado o en la carretera industrial, el mercado gastronómico en la antigua estación, el museo cofrade en el baluarte de Santiago, el Museo del Mar transformado en Museo del Ná después de aquel atún encebollao que hizo el Mayeto el día de la inauguración, la Ciudad del Mar cuyo edificio ahora se pretende tirar para hacer un hotel, todas esas torres hitos en las casitas bajas, en San Severiano y tantos otros sitios. Un lugar destacado hay que dejar a las viviendas sobre palafitos según proyecto de Teófila Martínez, el parque El Descanso en el cementerio de San José que lleva ya 33 años desde que se clausuró donde Paco Vivas iba a poner una pirámide, ese modernísimo parque empresarial para 5.000 puestos de trabajo de Cristóbal Montoro en la Zona Franca, la fábrica de Torrot de los Contreras, el Quality Food de García Gallardo, el aluvión de pantalanes que se iban a poner en la Barriada de la Paz, el Muelle del Socorro en San Sebastián, incluso el espigón que se empezó en La Caleta. Un lugar destacado para el cementerio de los proyectos olvidados en el Museo de la Punta se puede reservar a Ciencias de la Educación en Valcárcel, ahora que ya se ha descartado aunque nadie ha puesto la esquela, el museo de arqueología subacuática que quiso Bruno en Náutica, el restaurante con Ángel León que iba a poner Kichi en el Balneario de la Palma, la Subdelegación del Gobierno que nos llevan años anunciando, la Ciudad de la Justicia de Tolosa Latour, el nuevo Hospital que no se hará jamás, el cementerio marino que proyectó Eduardo Mangada, el Palacio de Congresos de Navarro Balldeweg en Santa Bárbara de infausta memoria, el hotel de la Estación o el de Valcárcel. Como ven, hay material de sobra para rellenar el posible Museo de Maquetas, Infografías y Dibujitos.
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