No es Groenlandia , es la IA

Quizás

17 de enero 2025 - 03:04

Cuando en la primera mitad del siglo pasado , un invento revolucionario que hoy conocemos como la Televisión, se desarrolló primero como una tecnología novedosa , y luego creó su propio lenguaje e industria, lo que convirtió a sus receptores en el segundo elemento más importante de todos los hogares del mundo, sólo superado por el grifo del agua ; las autoridades coincidieron en considerar que aquella caja cuadrada iba a cambiar el planeta y que por tanto había que legislar su uso en función de cómo se quería que fuera la sociedad del futuro. Pero la respuesta fue muy diferente. Los europeos decidieron que el invento era tan relevante y costoso, que debía nacer y desarrollarse bajo el amparo de lo público. Y así se hizo. La TV pública nació en nuestro país en 1956 y los grupos privados no llegaron hasta 1990. Pero en los EEUU, consideraron que el peligro venía por parte de los grandes estudios de Cine, ya cómodamente instalados y propietarios de enormes parcelas de terreno donde poder hacer programas de televisión, puesto que además tenían en nómina a los mejores escritores, guionistas, actores, productores o técnicos en iluminación, sonido o construcción de decorados. En resumen, la industria de producción del cine partía con una gran ventaja respecto a cualquier otro posible competidor, por lo que se estableció una legislación que prohibía que aquellas empresas que produjeran contenido audiovisual pudieran ser dueñas de cadenas de televisión, y que quienes lo fueran no pudiesen ser productores de contenido audiovisual. Este modelo dinamizó a la producción audiovisual norteamericana, que buscó expandirse más allá de su territorio ; mientras que las pesadas estructuras públicas europeas se limitaban a sus países . La situación se mantuvo hasta los noventa y está en la base del dominio cultural que EEUU ha implantado en todo el Planeta.

Ahora el nuevo chico en la ciudad es la Inteligencia Artificial y vuelve a concluirse que el arma es tan poderosa, que habrá que legislarla . Pero si hace un siglo se buscaba defender la libre competencia del mercado ; ahora lo que algunos pretenden es tener en su nómina a los legisladores del nuevo invento. Es decir, a los gobiernos. Eso explica el protagonismo de Elon Musk o los cambios de rumbo de Zuckerberg. Su objetivo es ser los que definan lo que la IA debe de hacer y pensar , para que a ninguno de nosotros se nos ocurra ir en dirección contraria a sus deseos.

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