Crónica personal
Pilar Cernuda
No nos merecemos esto
Crónica personal
Llega un momento en el que ya no se sabe qué pensar sobre lo que está viviendo la política española. Provoca hartazgo, pero también indignación . Están los españoles en manos de un presidente que no cumple las normas que se exigen a cualquier dirigente demócrata. Y que ha sido pillado en falta porque entre sus más cercanos colaboradores, e incluso en su familia, se han producido casos que si no es corrupción se le parece mucho.
Impávido ante las noticias que se producen a diario, a cual más escandalosa aunque no sean delito, no ha tenido el menor pudor en descalificar el trabajo de los jueces, generalizando, convirtiéndoles en protagonistas de una trama ignominiosa y ajena a sus principios profesionales, empeñados en desprestigiar al presidente del Gobierno y colaborar para que sea desalojado de su cargo. También arremete contra los periodistas, asunto menos grave que el de los jueces, aunque ha levantado un telón de sospecha sobre firmas de biografía profesional absolutamente impecable.
En ese escenario confuso y preocupante, esta semana desfilan ante los tribunales algunas de las figuras más destacadas de una trama que incluye nombres muy conocidos por el cargo que ocupan o han ocupado, o porque forman parte de la familia del presidente. Sánchez, por supuesto, niega todo. Y los comparecientes, según. Unos niegan, otros solo algunas de las informaciones que se publican o lo que han contado otros comparecientes, y unos terceros cambian de bando. Incluso se avienen a aportar pruebas para conseguir así beneficios como colaboradores de la Justicia.
La mayoría de españoles estamos más que hartos de un espectáculo tan desalentador; hartos de que lo que consideraban cierto no es que se desmienta, sino que se ponga en duda. Hartos de que el presidente del Gobierno, y miembros de ese Ejecutivo, acepten hacer de comparsas y defiendan en cada momento a quien conviene, en función de lo que pueda declarar y esté dispuesto a declarar.
¿Miente Koldo, miente Aldama, dice la verdad Begoña sobre su acreditada profesionalidad, o es el personaje útil al que se han acercado una serie de aprovechados porque consideraron que era una buena baza para conseguir favores del Gobierno, a cambio solamente de ofrecer unos miles de euros como patrocinadores de sus famosas cátedras extraordinarias?
A estas alturas de la película no se sabe cómo va a acabar la historia, si con drama o happy end, porque cada día tiene su afán y el desfile ante los jueces es esperpéntico.
Lo único cierto, inamovible, es que los españoles no merecen esto.
También te puede interesar
Crónica personal
Pilar Cernuda
No nos merecemos esto
Paisaje urbano
Una celebración sospechosa
El Palillero
José Joaquín León
Manual para ganar habitantes
En tránsito
Eduardo Jordá
Duendes traviesos